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Rómulo, baja colateral en la pugna de Américo y Cabeza de Vaca
Y dirá que no. Dirá mil veces que no. Dirá que es un complot. Dirá que son unos pocos. Dirá que están pagados. Dirá que ellos no representan la voluntad del pueblo. Dirá que los números son bajos. Y seguirá insistiendo, como una mula terca y necia en su afán de convertir las reglas de la democracia en su favor. Pero cada persona, cada alma, cada individuo que se manifestó el día domingo 26 de febrero en las respectivas plazas de todo México le están diciendo que no. Que no creen que él sea el único que tiene la razón. Que él no tiene el control de todo México.Que México no es su patio de juegos. Su experimento chairo. Que México tiene voz y tiene voto. Y su equipo le dirá que no. Que esta vez se escucharon las voces. Que no puede minimizar lo que está tan evidente. Y el señor hará un coraje, tal vez un berrinche, insultará y señalará, como siempre desde su púlpito sacramentado. Ese púlpito que resulta ser la más alta tribuna de nuestra nación. Donde lo único que lo detiene es la propia constitución. La constitución que puede interpretar perfectamente la suprema corte de justicia de la nación. Y que será muy a su pesar, la que detendrá su ridícula intentona por regresar a México a la dictadura perfecta, a la tiranía, al tiempo oscuro donde no había INE.
Esa institución que tanto trabajo nos ha costado a varias generaciones y que hoy representa el último bastión de la democracia en nuestro país. El ha pervertido instituciones como la Comisión nacional de derechos humanos, ha socavado en sus recursos a las instituciones culturales, científicas y deportivas. Pero hoy los mexicanos le decimos: váyase a jugar con su trenecito, su refinería de chapopote y sus becas populistas y paternalistas. Porque el INE, Entiéndalo ya, no se toca. La concentración del día 26 de febrero es un mensaje no solo a la administración pública.
Es también un mensaje a la suprema corte donde les decimos que apoyamos su decisión, que no tiemblen, que no se dejen amedrentar y que los parásitos que tienen infiltrados, no podrán hacer que destruyan nuestras instituciones democráticas. Por mucho tiempo la suprema corte se mantuvo alejada de la política, antes de eso, servía al poder, pero en nuestra nueva era donde la democracia ha crecido, la suprema corte se ha mantenido al margen de las tendencias sociales y de los flujos implícitos en la política. Pero hoy ha recibido una llamada directa del pueblo, de la ciudadanía. Vamos señores ministros, son el último bastión de defensa antes de llegar a la exacerbación de los ánimos. Hagan lo mejor posible su trabajo y enorgullecen a su patria. La nación se los agradecerá y la historia sabrá Reconocer su deber cumplido.
En otro asunto del mismo tema, este monero quiere dejar anotado que al menos en la manifestación realizada en la plaza de fundadores de San Luis Potosí, las nuevas generaciones no estuvieron presentes. La reflexión que me produce es que las nuevas generaciones prefieren la manifestación a través de las redes sociales. Y no reconocen la importancia de la presencia viva y activa del ciudadano. Aún no sé si tienen razón. Y por otro lado me pregunto si no será el caso que, dado que ellos, las nuevas generaciones, no vivieron la época en que no había democracia y por tanto no había INE, no saben el valor que tiene. Este monero se pregunta si para ellos la credencial que guardan en su bolsillo, cartera o bolso es todo lo que representa el INE. Y no saben en realidad el trabajo que costó construirlo. Ojalá no tengan que vivir lo que nosotros vivimos.