
Las pugnas arancelarias y el efecto Trump
En el juego reflexivo y táctico mas añejo, el ajedrez, algunas piezas tienen menor valor que otras; pero eso sólo depende de la táctica usada ya que, inclusive, con un peón y una torre se puede hacer jaque mate, claro que el rey atacante debe seguir en pie.
La respuesta y movimientos del contrincante fuerzan cambios en la táctica y ajustes de valoración de cada pieza; aunque no por ello se debe creer que un peón es tan valioso o mas que una torre o un caballo, por ello es mejor sacrificar un peón que a un caballo, pese a que cualquiera pieza se puede entregar a fin de ganar la partida.
Como preludio y analogía, dada la adelantadísima carrera al 2024, se empiezan a mover las piezas; algunas veces por voluntad propia y otras por seguimiento a instrucciones de la táctica.
En días pasados se concretó el cambio de titular en la Secretaría de Educación, Ciencia y Tecnología, SECTEI, de la CDMX; la otrora titular anuncia su regreso a las filas académicas en la Facultad de Ciencias de la UNAM, dónde, también, se avecina cambio cupular.
A Rosaura sí de dieron abrazo de despedida, no como a Tía Tatis quien también declara seguir en las filas cutraoteístas, eso dice.
Los rumores derivados de este movimiento van desde que si seguirá colaborando o que si será impulsada a buscar la rectoría de la UNAM.
El rumor sobre la rectoría en la UNAM cobra sentido si consideramos los siguientes hechos:
En términos de política pública local para Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, la SECTEI ha tenido nulo impacto.
La imaginación del gobierno local es acotada a planes rígidos y únicamente politizados, la CTI en la CDMX no destacó en lo absoluto de la inercia por administraciones previas, llevar la CTI hacia la estructura orgánica del gobierno no es progresista, lo sería la constitución de un organismo local autónomo; algo similar a la CDH-CDMX.
En su carácter de secretaria para gobierno local de la CDMX, las políticas públicas en CTI quedan sexenalizadas y politizadas; una situación indeseable.
No se dice aquí que no deba haber una secretaria para CTI, pero, sí que, de haber una secretaría como esa, debe ser diferenciada de educación y coesxistir con un organismo autónomo para CTI.
Primero, la propuesta orgánica en la CDMX es mezclar a la CTI con educación, cuando son espacios diferentes con requerimientos distintos y, segundo, no propusieron organismo autónomo alguno para propiciar políticas públicas de largo aliento, ello pese que el poder legislativo local está en manos del gobierno citadino.
La extitular de la SECTEI ha dejado mucho que desear en su gestión, sólo quedó claro que busca ocupar sillas pese al pobre desempeño.