
Descarta Rubén Rocha prohibición de narcocorridos en Sinaloa
Irrelevante e intrascendente la polémica sobre la inexistente falta al protocolo en el evento del 5 de febrero de conmemoración a la Constitución. El tuit del funcionario presidencial Ramírez Cuevas, evidencia la hipocresía de López Obrador al volver un caso falso motivo de falso orgullo. Así son y así se las gastan por la impunidad legal y social de la que ha gozado el presidente a lo largo de su gobierno. Ni siquiera es relevante el desencuentro discursivo con otros tres oradores del ceremonial: la misma ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Piña; el presidente de la Cámara, Santiago Creel, y el gobernador anfitrión, Mauricio Kuri.
Lo importante no es lo que se dice, sino lo que se hace. El protocolo se violentó al no dar el lugar que merecen los representantes de los otros dos poderes. Además, es un insulto aludir al cansancio de la ministra. El documentado y reiterado desdén del presidente y del régimen a la legalidad y a la Constitución es la realidad. El diputado Creel puede hablar por sí mismo, por la minoría opositora y por muchos ciudadanos, pero no por la Cámara ni el Congreso, porque la minoría mayor, sumada a sus socios, están sometidas al poder Ejecutivo. El anfitrión debió hacer valer con claridad la causa de los Estados y municipios, sobre todo, por lo que implicaba la reforma constitucional en materia electoral, ahora plan B. De cualquier forma, valen más las acciones que las palabras y los tres, Kuri, Piña y Creel han hecho mucho por la investidura que sirven.
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