Ironía
Hace unos días un vecino me dijo que la participación de inversión privada en México para la Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, significa un porcentaje relevante, incluso, dijo, que no hay información sólida al respecto.
Sus comentarios incitaron algunas reflexiones en el contexto del proyecto para el programa de egresos de la federación en 2023, PEF2023, aquí las comparto.
Esta columna coincide en que no hay una base de información confiable y consolidada, ni en la administración federal ni en las estatales, tampoco en cámaras empresariales, para el tema de CTI en sentido alguno: capacidades instaladas, productividad consistente por categorías o disciplinas de CTI, registro de títulos de derechos por patentes, desarrollo tecnológico, etcétera.
Tan es así que, para cada programa u ocurrencia en cualquier nivel de administración pública, según sea el caso, se erige un “bomberazo” para capturar la información, la cual siempre queda desorganizada por inconsistencia en bases de información tanto como en las vistas de éstas (una vista es la manera en que una plataforma despliega información contenida en alguna base computacional).
Incluso la productividad del Sistema Nacional de Investigadores, fuente que captura productos de profesionales en CTI con nombramiento, resulta con anomalías cada vez que se pretende migrar a plataformas por actualización o modernización; tampoco es una base de información consultada por entes públicos o privados que deseen un censo en alguna materia o tema de CTI, las vistas no están pensadas para tales fines.
En segundo lugar, discrepo en el sentido que sea relevante la inversión privada en México para la CTI; lo anterior se infiere por indicadores como número de publicaciones, patentes internacionales y nacionales, el origen de autores y propietarios de los derechos de invenciones, incorporación de profesionales al mercado laboral privado en CTI, entre algunos mas; se infiere toda vez que no hay, precisamente, bases consolidadas de información pero sí hay diversos y dispersos reportes de investigación en el tema.
Pero hagamos unas cuentas a manera de punto de partida.
El total del proyecto para PEF2023 ronda los 7.9 billones de pesos, bdp, para contexto internacional apuntemos que un bdp es un millón de millones de pesos.
Al Ramo 38, que administra CONACYT e incluye presupuestos de diferentes sectores y los CPIs coordinados por ese consejo, se proyecta en 31.6 mil millones de pesos; representa el 0.4% del PEF2023.
Nunca el presupuesto federal al Ramo 38 ha excedido el 0.4% del recurso público programado.
Si la inversión privada fuera el 60% del PEF 2023, porcentaje provisto por mi vecino, entonces, a lo mas, la participación privada sería de 0.24% del presupuesto público.
Ahora, notemos que el PIB es mayor al PEF anual, el PIB ronda los 28 bdp, cifra que significa 3.5 veces, aproximadamente, el PEF2023 proyectado.
Luego, los siguientes cálculos permiten visualizar la participación de inversión respecto del PIB.
Asumamos que el PIB es 3.5 veces mayor que el PEF2023, entonces resulta que 0.24 puntos base del PEF2023 equivalen a 0.067 puntos del PIB; es obvio, aun bajo el supuesto de mi vecino, que hace falta inversión privada para que el ecosistema de CTI pueda consolidarse.
Incluso el 0.4% del PEF2023 dedicado al Ramo 38, significa, nuevamente si el PIB es 3.5 veces mayor que los 7.9 bdp, tan sólo poco mas de 0.11 puntos del PIB, nada comparado con otros países.
Es claro que hace falta mas inversión mexicana, pública y privada, en CTI.
Esta entrega concluye que hacen falta bases de información confiables y consolidada, para la toma de decisiones, pero, además, hace falta, por mucho, inversión por el Estado Mexicano, actores públicos incluidos el legislativo y ejecutivo federal tanto como los estatales.
A la iniciativa privada también le falta entender, tanto como a profesionales de la ciencia convencerle, que la CTI es una gran oportunidad de negocio, una que dota de capacidad para generar riqueza.