2025: los desafíos del desarrollo
En este espacio se ha detallado la importancia del Sistema Nacional de Investigadores, SNI, para las políticas públicas en Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, de México.
En el SNI el hay, a la fecha, poco mas de 33,000 personas con nombramiento vigente; unas 90,000 han tenido, en alguna ocasión, nombramiento, pero hay quienes lo han perdido por diferentes razones; desde decesos hasta emigración pasando por incumplimiento de productividad científico-tecnológica.
La membresía al SNI ha sido creciente, a tasa anual, en los decenios recientes, con consecuente presión presupuestal al alza.
Los nombramientos han sido, hasta hace poco, léase 2018, consecuencia de tres factores que no son mutuamente excluyentes: (i) la combinación de madurez y consolidación de las carreras de profesionales en la CTI, (ii) la consolidación de grupos de investigación que permiten abordar problemas científicos mas complejos, y (iii) las capacidades institucionales, que incluye estructura e infraestructura, para que se diversifique y abunde en las preguntas y soluciones desde la CTI a problemas de la sociedad.
Lo dicho en el párrafo anterior aplica a cualquier área de conocimiento.
Pese la tasa creciente en el SNI, éste ha sido y es un programa insuficiente para llevar los beneficios de la CTI a la sociedad mexicana, como lo mandata el párrafo V del Artículo 3º constitucional.
De hecho, debe reforzarse, toda vez que el cociente de profesionales de la CTI en relación a la población refleja un índice de desarrollo mucho menor respecto de países con economía comparable a la de México y mucho menor las mas competitivas del orbe.
El hecho del párrafo inmediato anterior encuentra su reflejo en indicadores como el número de derechos de patente otorgados y licenciados comercialmente, el número de artículos en CTI y su impacto promedio de las publicaciones donde se logra reportar los resultados, la tasa de profesionales de la CTI con dedicación de tiempo completo por institución o en razón poblacional, etcétera.
Conforme avanza el tiempo y el SNI prevalece en la insuficiencia, la distancia de México a países como EUA, Japón, China y los de la Unión Europea, incluidos los satélites de ésta, es cada vez mayor.
En aquellos países se obtienen vacunas en apenas un año para enfermedades emergentes, COVID19 y viruela símica son ejemplos; pero además se avanza significativamente en tratamientos a padecimientos como diabetes mellitus, entre muchos mas, y, a la par, se concretan proyectos de gran calado con potenciales soluciones al problema energético, como el caso de estaciones lunares -pueden ser que mas un país lo logre-, donde el alunizaje es inminente; incluso el amartizaje tripulado para explorar una posible colonia humana en el árido planeta rojo.
De la Luna se prevé se obtenga beneficio de Helio 3, el isótopo que mediante fusión nuclear generaría energía limpia por mil años, en requerimientos actuales, para toda la Tierra; así de importante.
La miopía no deja ver a autoridades en CTI la relevancia e impacto en todas las áreas del conocimiento cuando suceda la colonia en la Luna.
El derecho extraterrenal deberá resolver temas de división selenopolítica, ya no sólo la geopolítica es relevante, sino lo interplanetario impactará incluso a la división martipolítica con implicaciones en derecho e historia; por ejemplo, ¿la definición de nacionalidad con los derechos y relaciones implicadas son extensibles a cuerpos interplanetarios? o ¿cómo evolucionarán las sociedades en aquellas colonias, de manera similar a las colonias del Siglo XIX en la Tierra?
Muchas preguntas estar en devenir del conocimiento humano.
Mientras en México preocupados por el control político de Litio, cuando Sodio se vislumbra como alternativa de baterías para almacenamiento eléctrico y otras opciones energéticas están en el horizonte.
En ese marco CONACYT presiona veladamente la desaparición del SNI por la ineptitud actual para gestionar presupuesto tanto como su obediencia cortesana a palacio.