
Inteligencia y principios
CONACYT ha creado una maraña de complicaciones que hacen mal augurio para la Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, mexicana en todo horizonte futuro mientras no haya cambio alguno; quienes están no podrán salir de su enredo ni remediar las afectaciones y quienes vendrán, pues, ya veremos.
Este espacio ha dicho que aún puede ser reversible el daño que la actual administración federal ha infligido en la CTI mexicana; pero cada vez se superan con una facilidad sorprendente e impune que hace dudar a la esperanza mas arraigada.
También aquí se ha dicho que aun con un cambio serio de directrices para la CTI mexicana, uno que corrija los disparates actuales, se requerirán decenios para restablecer el rumbo de competitividad internacional al que tendíamos en 2016, mismo que no pudo ser sostenido al final del sexenio pasado y en el actual ha sufrido detrimento profundo.
Tan así que lo siguiente exhibe el deterioro e incita a enorme preocupación.
La primera evidencia que trataremos en esta entrega es relativa al hecho que hay un subejercicio presupuestal para posgrado y sobrejercicio en el Sistema Nacional de Investigadores, SNI, mismo que ha sido comentado en este espacio y claramente documentado por Andrés Agoitia y Brenda Valderrama el pasado 1 de junio (https://letraslibres.com/revista/el-desequilibrio-del-presupuesto-en-el-conacyt-entre-subejercicios-y-sobregiros/).
El desbalance entre lo presupuestado y lo ejercido es evidencia de incapacidad de gestión y administración de recursos, pero, además, en el contexto completo –extinción de fideicomisos, retrasos en convocatorias y ministraciones a financiación de proyectos, madruguetes normativos y una iniciativa de ley obtusa, etcétera-, también significa arbitrariedad tendenciosa e improductiva.
Un potencial efecto es, dada la sentencia de promover la pobreza franciscana lanzada desde Palacio Nacional, que el sobrejercicio en el SNI resulte, de continuar la actual doctrina después de 2024, en una tendencia a la extinción de tan importante programa; esta hipotética situación sería gravísima ya que el ingreso de decenas de miles de profesionales de la CTI sería anatema de la competitividad internacional.
Ya de por sí el número actual de profesionales en CTI activos en México es escaso para el tamaño poblacional del país, el riesgo es que haya mas fuga de talentos, jóvenes y formados, tanto como que tengamos retrocesos inimaginables en educación superior y la generación y aplicación del conocimiento propio.
El segundo punto no es menor ya que se sientan precedentes gravísimos.
El controvertido nombramiento de titulares en dirección general de diversos Centros Públicos de Investigación, CPI, coordinados por CONACYT se enrarece aún más por sus actos propios.
Está el caso del actual director del CIDE, que no tiene aceptación plena en la comunidad de ese CPI; sobre lo cual hay sentencias formales de trasparentar documentación relativa al proceso de su nombramiento.
Hace poco se supo que el director del CIDE tiene en su haber una publicación plagiada, ante eso él mismo publicó dos comunicados cuya lectura no desmiente el plagio; para variar, a la usanza palaciega, los comunicados pretenden verter responsabilidad sobre terceros; que si el sistema de la revista, que es interpretativo y mas.
Además, hace un par de días circuló en redes sociales otro plagio, ya se cuentan en plural; la información en redes incluye pruebas, segmentos de la obra, uno en inglés otro en español, el segundo de presunta autoría por el director de CIDE, de lectura idéntica, es plagio sin duda ya que no es una obra de traducción según se puede leer en otros párrafos del mismo segmento.
A esto se suma plagio señalado sobre el fiscal general de la república, las dudas sobre los méritos para el nombramiento de Investigadora Emérita del SNI a la madre de la titular del CONACYT y dudas sobre las carreras científicas del flamante director de INECOL y del de IPICYT.
Su compleja maraña es de profunda afectación a la CTI mexicana.