
Mesa de Poder, espacio de análisis sobre la agenda política de Guanajuato
Una tendencia global en educación es añadir en el vector curricular componentes de habilidades sociales (soft skills, en inglés) para que cada educando adquiera capacidades y habilidades de empatía, trabajo en equipo, liderazgo, redacción incluyente, etcétera.
Estas habilidades son deseables por empleadores debido a la tendencia del mercado donde las personas contratadas interaccionan con equipos de trabajo durante las actividades laborales diarias, por mencionar lo mas sencillo.
También son pertinentes algunas componentes en administración, normatividad, seguridad e higiene industrial (en el caso de carreras como ingenierías o técnicas) y otras habilidades y aptitudes complementarias.
Esto para que en su vida laboral no sean sorprendidos por incomprensión, por ejemplo, de las declaraciones fiscales, de los procesos administrativos requeridos en su interacción con diferentes departamentos del lugar donde laboren y, muy importante, tengan elementos, al menos, del cumplimiento normativo para reducir riesgo de complicaciones legales por omisiones o ignorancia, lo que no necesariamente excluye la responsabilidad.
De tal manera que, si un grupo de personas se inserta en un ámbito laboral dado, independientemente de su labor técnica específica, podrán interaccionar en eventuales necesidades de seguridad e higiene industrial, por citar un caso, con la finalidad de salvaguardar la integridad física de manera colaborativa, asociada y empática.
Sin embargo, un asunto muy distinto es confundir la enseñanza por competencias, referida a que cada estudiante sea competente, con destructivo.
La referencia de Huey Tlatoani a una educación dirigida a la fabricación de armas de destrucción masiva no sólo es desafortunada e ignorante sino peligrosa.
El sesgo que menosprecia las competencias técnicas en las nuevas generaciones les hará, precisamente, menos competentes y, en consecuencia, menos competitivos.
Es decir, en algunas áreas de conocimiento, típicamente las asociadas a ciencias exactas e ingenierías, el núcleo central es precisamente técnico.
Los ingenieros civiles deben saber hacer cálculos para que los puentes no caigan, como la Línea 12, deben saber supervisar que los materiales, planos y especificidades dictadas en el diseño sean cumplidas.
También deben saber realizar y supervisar mantenimiento preventivo y correctivo, porque sin éste las estructuras son susceptibles de falla, aunque el gobierno de la CDMX diga lo contrario; como muestra la línea dorada del metro en esa urbe.
Por ello, las habilidades sociales citadas arriba son complementarias y convenientes, no son centrales ni necesarias, mucho menos suficientes, como sí los son las competencias técnicas.