Refrenda Sheinbaum estrategia de construcción de paz en Sinaloa y estados
Ciudad Valles, SLP, 20 de diciembre del 2018.- Los Servidores de la Nación caminan cansados, enlodados, sudados, no tienen ni dónde orinar, pero nada se compara con la pobreza que a diario observan en las comunidades de la Huasteca donde deben levantar el censo de ayuda del Gobierno Federal, con habitantes tapados con cartón o pedazos de periódico en medio de los actuales frentes fríos.
«Sus habitantes nos dan naranjas, limones, plátanos machos, café, son muy serviciales y a cambio vemos que viven en pueblitos alejados, donde llegamos hasta en burro y luego nos enteramos que muchas personas nunca han tenido ningún apoyo, camisa, zapatos, ni para comer. Deben cazar un conejo, un tordo, para llevarse algo a la boca. Tengo muchas imágenes y no me atrevo a publicarlas, Dios nos dio la sensibilidad, al menos en mi persona, pero quisiera igualdad social», cuenta uno de ellos que da su testimonio pero prefiere omitir su nombre, porque con modestia dice que no son ellos, los censadores, protagonistas de estas historias sino la gente a la que decidieron servir.
La coordinadora regional, Teresa Pérez Granados, señaló que en efecto, las necesidades son muchas, sobre todo en las zonas indígenas de la región, donde «el campo está abandonado, pocos producen para vender, no opera el autoconsumo, todo lo venden a las grandes empresas».
La morenista dijo que en los lugares que han ido ella y sus Servidores de la Nación, los ingresos no son seguros para solventar los gastos diarios, menos para atender las necesidades educativas de los jóvenes.
«Muchas familias viven al día», sentenció.
La profesora explicó que los municipios, a su vez, tienen grandes deudas con esos sitios, porque por donde pasan «los caminos están en condiciones deplorables, no hay agua potable ni drenaje; esa es su competencia, la de nosotros censar para sumar a todas esas personas a los apoyos».
Una de las realidades más crudas es ver a muchos adultos mayores abandonados por las autoridades que nunca han recibido un apoyo porque no tienen identificaciones ni pueden salir de sus casas, lo mismo que las personas discapacitadas, que también pueden contarse en grandes números.
A decir del Servidor de la Nación entrevistado, en Valles hay sitios como Las Huertas, Las Pitas, La Hincada, Buenavista, Sabino del Obispo, Tantizohuiche y muchos otros «de lo más marginado que uno se pueda imaginar».
Explicó que la gente tiene mucha esperanza con el presidente Andrés Manuel López Obrador, «creen en él y en nosotros, no somos corruptos ni pedimos datos personales, el encargado de la brigada soy yo, bueno la maestra Teresa, pero yo no voy a permitir ningún mal acto».
En síntesis, «no me imaginaba cómo vivían estas personas, se siente feo, angustia, me dan ganas de regresar, comprar muchas despensas y repartirlas, sobre todo porque no hay trabajo, el campo está olvidado, el PRI gobierno engañó a los campesinos, pero hacemos un trabajo hermoso de proporcionar los medios a la gente para que viva mejor».