
El uso del pasado
Una de las marcas que dejará la 4T en la historia de México será la de haber tomado posesión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para sus fines ideológicos, temporales y equívocos, en vez de que ésta llevara a cabo sus verdaderos objetivos, salvaguardar la justicia y la constitución de nuestro país.
Se veía venir desde que se logró colocar en los puestos de magistrado a personas afines a está nueva caterva de políticos corruptos encabezados por Andrés Manuel López Obrador. Uno de los momentos que mostraron cómo el actual gobierno electo de nuestro país estaba acariciando la posibilidad de tener una corte afín a sus necesidades fue cuando hizo lo posible por lograr la ampliación de mandato del juez Arturo Zaldívar, presidente de esta institución.
Aparte de los ministros infiltrados pertenecientes a esta pseudo ideología populista, la asignación de Zaldívar y el beneficio que se le quería otorgar por encima de la ley, dejó manifiesto la pretensión de que todo lo que el presidente desee hacer con el país tendría nula oposición de parte de la SCJN, uno de los tres poderes que conforman el gobierno y que debería ser independiente, y que hubiera significado en determinado momento el último bastión de nuestra nación para combatir la tiranía. Pensar que la ley está por encima de los individuos era uno de los pocos principios inamovibles de nuestra civilización. Actualmente queda completamente en duda la posibilidad de ayudarnos a través del poder judicial, desde que hemos visto está sujeto a la voluntad y los caprichos del primer mandatario.
Y es que no fue una decisión cerrada.de los 11 ministros, solo se requerían 8 votos en contra de la constitucionalidad de la ley para la industria eléctrica, conocida como ley Bartlett para que no pudiera ser reivindicada, pero solo se alcanzaron 7 votos, 4 fueron a favor de la ley, lo que si las matemáticas no me fallan, significa una minoría, y de todos modos la ley fue aprobada. Este monero no alcanza ni siquiera a comprender las consecuencias de este acto que por lo pronto algunos analistas implican que podría significar entre 60 y 225 mil millones de dólares en pérdidas para el país por las demandas que presentarán las empresas del ramo qué quedaron afectadas por esta ley. Sin contar el daño ecológico, económico, político y al avance en materia de inversión y tecnología del país. Además huele a que le abrieron las puertas a Bartlett y otros corruptos para que muy pronto los veamos felizmente beneficiados de una u otra forma.
De aquí en mas, los atropellos a la soberanía, legalidad y derecho de nuestro país serán pan comido para el peor Gobierno que hemos tenido en nuestra nación. El descaro frente a las críticas por la sumisión del poder judicial es increíble. A los ministros les vale madre y a Andrés Manuel solo le falta aventar cohetones en la mañanera para celebrar sus avances. Lo que se avecina es sin duda la cruel batalla de un nuevo sistema político en busca de la destrucción de la democracia, y el INE, el heróico sostén de la integridad de nuestro sistema político electoral acaba de perder el apoyo de la ley, pues en el papel quedará claro lo que es ilegal, pero los juzgadores como Zaldivar se colocarán su venda marcada con el signo de pesos ante las nuevas propuestas del Peje y al golpear su martillo crearán las grietas que fragmentarán nuestra democracia.
Los días del tirano comienzan a mirarse en el horizonte como una tormenta destructora amenazando más cerca de lo que esperábamos. Es hora de prepararnos y fortalecer las pocas estructuras que nos pueden salvar.