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Abruma frente frío 24 al país; por debajo de 0 °C en 20 entidades
Culpar al INE por lo que ocurra en la consulta de ratificación de mandato es norma del grupo gobernante. Las reglas en comunicación y publicidad que ellos mismos definieron y ahora reclaman al órgano electoral por hacerlas cumplir es parte del absurdo, como también el pretender que el Tribunal Electoral o el Congreso las anule. El espectro que preocupa es la poca participación y que la baja votación por el sí ratifique la vulnerabilidad del grupo en el poder en la elección de 2024.
La jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha sido la voz más activa en el intento de curarse en salud porque es la más expuesta, es quien tiene más por perder. Frente a una actitud de desafío a la ley, reclama al INE que le dé marcaje personal. Se trata de victimizarse ante el eventual incumplimiento de las metas de votación comprometidas con López Obrador.
La situación se complica porque no existe motivación para la participación electoral. Competencia e incertidumbre son las que mueven a los ciudadanos a asistir a las urnas, y el resultado de la consulta está cantado. La propaganda y el acarreo de votantes serán insuficientes para garantizar la afluencia que conceda legitimación al proceso y muestre el músculo del oficialismo para mostrar salud plena ante los desafíos electorales venideros. Los números serán poderoso mensaje e inequívoco testimonio.