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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 8 de diciembre de 2018.- La maestra en aeronáutica y tecnología especial, Aurea Carolina Gallardo Patiño, presentó la conferencia “Experiencia de Vida en la NASA y Agencia Espacial Mexicana” para clausurar el programa “Fomento científico para niñas y mujeres jóvenes de San Luis Potosí” organizado por el Consejo Potosino de Ciencia y Tecnología (COPOCYT) en conjunto con otras organizaciones.
Durante la conferencia impartida en el Aula Magna de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), la maestra Gallardo Patiño platicó como se enamoró del universo cuando era niña, y nació el sueño de convertirse en astrónoma o astrofísica pues le gustaba observar el cielo y hacer mapas estelares.
Recordó que cuando tenía 13 años vio un programa sobre el telescopio espacial Hubble, en el que el doctor Edward J. Weiler, director del programa, mencionó que él quería que los niños del mundo tuvieran la oportunidad de ver el espacio a través de los ojos del cielo y los retaba a estudiar ciencia, tecnología y se enamoraran del espacio.
La maestra decidió escribir una carta al doctor Weiler, después de un año recibió respuesta que incluía una caja llena de libros, poster, fotos del Hubble, mientras que el doctor le escribió que para él fue un sueño trabajar en la NASA (Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio por sus siglas en inglés) e invitaba a Aurea a buscar becas para estudiar en el extranjero, que se esforzara en sus estudios, aprendiera la tecnología y regresar a México para aplicar lo aprendido.
Cuando tenía 16 años participó en el concurso “Para leer la ciencia desde México” y ganó el tercer lugar, además de recibir una beca para estudiar inglés en Estados Unidos.
Mientras estuvo en el país anglosajón contacto al doctor Weiler quien la invitó a visitar el Centro de Vuelo Espacial Goddard (GSFC por su nombre en inglés) y conocer la réplica del telescopio Hubble.
En ese momento supo que estaba enamorada del cielo y decidió que algún día iba a hacer la instrumentación que hace posible el estudio del espacio.
Decidió estudiar ingeniería física y se especializó en tecnología de materiales. Durante sus cuatro años de la universidad, trabajó en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) para estar cerca de la ciencia y la tecnología, y tuvo un mayor contacto con centros de investigación e investigadores.
Lamentablemente, dos meses después de concluir su carrera, sufrió un accidente automovilístico de la que resultó con heridas craneales y de vertebras que trajo como consecuencia pérdida de memoria. No recordaba a su familia ni lo que le gustaba.
Dos años más tarde, su familia contactó al doctor Weiler para explicarle lo sucedido pues Aurea no sentía que algo le gustara, “no encontraba un motivo”. Su mentor le escribió: “Quizá te tome más tiempo alcanzar tu estrella, pero siempre estará ahí”, esto la motivo a continuar con su carrera y comenzó a estudiar de nuevo.
Posteriormente obtuvo dos becas, una en Inglaterra y otra en Francia. En el Institut Supérieur de l’Aéronautique et de l’Espace (ISAE-SUPAERO) estudió ingeniería aeronáutica y tecnología espacial, mientras que en Cranfield University obtuvo la maestría en astronáutica e ingeniería espacial. Estas dos maestrías le ayudaron asentar las bases nuevamente en cuestiones de tecnología espacial.
Durante sus maestrías inicia su primer proyecto del espacio en la que colaboró con la Agencia Espacial Europea (ESA por su nombre en inglés) para una misión a Titán, el mayor satélite de Saturno, en el que trabajó cuestiones orbitales para hacer posible el viaje a esta luna.
Posteriormente, durante su estadía en Francia, tuvo la oportunidad de trabajar en otra misión en Airbus, para hacer un vehículo de transferencia automática, el cual lleva suministros vitales a la Estación Espacial Internacional.
El primer vehículo fue lanzado en 2008. Para esta se les solicitó desarrollar en la misión una simulación que incluía el traslado de cuatro astronautas; esta se llevará a cabo en 2023 y enviarán a la nave espacial Orión el cual pertenece a la NASA, quien trabaja en conjunto con Airbus para enviar el módulo de servicio europeo.
Cuando concluye la segunda maestría le dan la opción de elegir un centro de desarrollo científico y el mundo para desarrollar su proyecto final por lo que decide regresar al GSFC en el que tuvo la oportunidad de trabajar en una misión que próximamente será enviada a Marte.
Este proyecto tiene los objetivos de determinar si alguna vez existió una vida en Marte, después caracterizar su clima y geología para preparar la futura exploración humana al planeta rojo y saber si es posible su habitabilidad.
En este proyecto comenzó a trabajar en nanotecnología, pues la NASA tiene el interés en la miniaturización de los componentes, hacer sensores y dispositivos muy pequeños, inteligentes y sensitivos, para detectar los compuestos orgánicos en otros planetas y objetos cercanos a la Tierra pues ayuda a reducir los costos al usar menor peso de carga útil e instrumentación en el espacio.
La maestra Gallardo Patiño trabajó en el desarrollo de un sensor CHEMFET, detector químico hecho con nanocables de Silicio, el cual permite la detección de compuestos orgánicos en el lugar, además de ayudar a revelar vida pasada o presente en Marte y otro tipo de misiones.
Este sensor también ayudará detectar células cancerígenas, enfermedades en astronautas como cuestiones en la sangre, orina, entre otros.
Cuenta que ahora tiene la oportunidad de usar todo el conocimiento y lo que aprendió en el extranjero para aplicarlo en el país y “aportar un grano de arena para el desarrollo de ciencia y tecnología en México”.