Diferencias entre un estúpido y un idiota
Desde Palacio Nacional se manifiesta descontrol en actos públicos, ahora pausar, antes otras ocurrencias como palabrería para distraer de cifras y hechos relevantes de la vida pública nacional; no sin que en cada caso se enrede y complique el quehacer mexicano entero.
España, Panamá, exceso de muertes, contrarreformas, inseguridad y violencia generalizada, índices económicos y democráticos preocupantes, DDHH versus quien es quien en mentiras, fuerzas armadas en actividades civiles, etcétera.
Nada sale bien y la crispación aumenta en Palacio Nacional.
Pero no es exclusivo de Palacio Nacional, es de hecho una estrategia mediática revisitada y desgastada en toda la administración pública federal, misma que sirve cada vez menos para fines de control de agenda y opinión pública; los datos concretos, los reales, no los que se dicen tener, rebasan su ficción.
La insistencia en crear cortinas de humo no evitará el desastre por venir; al contrario, complica todo aspecto de gobierno y del estado mexicano; recordemos que el presidente de la república es ambos jefe del Estado Mexicano y del Gobierno Federal.
En materia de Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, no hay excepción conductual; lanzan cortinas de humo para ocultar el buscado control de instituciones y procesos autónomos.
Hemos comentado el caso de becas de posgrado; cuya convocatoria actual está en marcha y las reglas analizadas en esta columna ahora son realidad.
CONACYT informó hace no mucho que “a partir del 2022 el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología reorientará los criterios de asignación de becas nacionales para fortalecer la formación e investigación en áreas de atención prioritaria”, dijo.
Es presunta simplificación hacia una postulación directa sin intermediarios; es decir las instituciones receptoras no tendrán injerencia en la decisión sobre cada persona admitida a posgrado alguno, desastre anunciado y por venir antes que tarde.
Luego entonces, no habrá evaluación académica orientada a valorar las habilidades y aptitudes para hacer investigación científica en temas de alta especialización, con afectación en las personas mismas ya que aumentará la probabilidad que alguien ingrese a un posgrado sin tener aptitud para esa especialización profunda en temas de CTI.
No faltará quien salga a defender el asunto pues en Ciencias Médicas hay exámenes nacionales de donde el desempeño de cada aspirante permite la asignación a escuelas de graduados en hospitales; se olvidará que ese caso trata de una disciplina y especialización focalizada, no de toda disciplina científica además que el examen es, por sí, una evaluación académica.
Las habilidades y aptitudes para estudiar subdisciplinas de matemáticas son distintas, aunque se intersecten, que las requeridas para subdisciplinas de química, biotecnología o ciencias sociales y económicas.
De su parte, las instituciones tendrán estudiantes que no evaluaron ni valoraron, ¿acaso esperan que las líneas de investigación se adapten de generación en generación?, es despropósito ya que los resultados en CTI pueden tardar de años a decenios, según cada caso.
Es el control de posgrado centralizado, es un gran error.
Tal es el control impuesto por CONAYCT que, incluso, cualquier responsable legal de cualquier Centro Público de Investigación, CPI, debe solicitar autorización hasta para emitir cartas de recomendación; es decir, quiénes son Directores(as) Generales en los CPIs casi no respiran sin autorización de Insurgentes Sur, en complemento hacen lo que les piden o se van –lamentable que por un hueso agachen la cabeza-
Son direcciones sometidas y no por las necesidades en cada CPI; que tienen personalidad jurídica y patrimonio propio, quien ostenta la dirección general es representante legal de ese CPI.
Respecto de posgrado, la sumisión significa que aceptarán con ojos y boca cerrados, las universidades tendrán un reto significativo, habrá variedad de respuestas, se complicará este aspecto del quehacer público nacional, habrá pausa en posgrado.