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Video: vuelve delegación mexicana que combatió incendios en Los Ángeles
En la edición de 2021 del Índice de Percepción de la Corrupción, IPC, de Transparencia Internacional, revela que México se ubicó en la posición 124 de 180 países; es el peor evaluado de los que integran la OCDE, y persiste como el país de la corrupción.
El presidente López Obrador ha matizado sus afirmaciones triunfalistas sobre el fin de la corrupción en el país; en todo caso refiere a que en los niveles superiores de su gobierno ya no existe y que la sociedad ha ido cambiando de valores para así estar próximo el paraíso prometido, en el que la venalidad dejó de prevalecer. Los otros datos de Transparencia Internacional desmienten al presidente.
México es el país de la corrupción a contrapelo de la realidad paralela de López Obrador. El reporte indica que nada hay como para levantar bandera blanca. Lo revelado en medios tampoco da para decir que la corrupción desapareció de la cúpula de su gobierno, adicta a la asignación directa de contratos de compras de bienes, obra pública y servicios. La opacidad y la discrecionalidad son la divisa de estos tiempos. La honestidad es cuestión de creer en el presidente, no en lo que experimentan cotidianamente personas y familias; hay quien cree que él es honesto porque es austero. Honestidad y honradez son mucho más que eso.
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