Trump, ¡uy que miedo!
Hay profesionales de la Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, especializados en historia, que aseguran que ésta, la Historia, no es de hechos sino de interpretaciones; en complemento habrá que añadir que las interpretaciones históricas se elaboran con hechos, algunos documentales, otros residuales.
Aquí algo ilustrativo.
Se dice que el testigo preferido anticorrupción de la FGR está sujeto a proceso judicial, el hecho es que sostiene su libre tránsito en todo el territorio nacional, casi como usted o yo, pero con muchísimo más dinero, como lo ha mostrado en su gran banquete, y todo sólo con señalar, únicamente con el índice, a conveniencia propia y de terceros; una interpretación es que hay engaño con oficio electorero.
Se dice que ha habido respiradores y vacunas de diseño nacional, el hecho es que nadie sabe, ni en Insurgentes Sur, dónde están esos supuestos respiradores y que la vacuna llamada Patria fue desarrollada en Estados Unidos de América; quizá el nombre sea metafórico y deseo cuatroteísta, eso último es una interpretación, lo segundo hecho, lo primero dicho.
Se dice, mediante comunicado escrito, que el reciente reglamento de ética del CONACYT respeta los derechos humanos, el hecho es que establece ordenanzas de lo que la gente empleada y contratada por CONACYT, incluso por empresas que le presten servicios, debe decir y hacer; la interpretación histórica y actual, a partir de la lectura directa del reglamento, es que es una mordaza.
Se dice que CONACYT no ha señalado a nadie para que se solicite la aprensión de 31 personas en un penal de máxima seguridad, el hecho es que la FGR no pudo tener la información, incluidos los nombres, sin que CONACYT se los hubiera entregado; una interpretación se ha dictado en la homilía mañanera para inferir que las y los profesionales de la CTI roban.
Se dice que hay apoyo a la Ciencia de Frontera, el hecho es que las convocatorias emitidas por CONACYT duran abiertas unos cuántos días, mientras que la evaluación otras pocas semanas, con ministraciones escasas y tardías a lo aprobado, todo ello sin oportunidad real de hacer propuestas serias; una interpretación es que son convocatorias a modo, con nombre y apellido.
Se dice que nunca ha habido tanto recurso financiero público para la CTI, los hechos son que se quedaron con el de los fideicomisos sin programas alternativos y que los incrementos al Ramo 38 del PEF son relativos al índice inflacionario; una interpretación es que en CONACYT no saben aritmética elemental y por eso calculan con error los porcentajes de reducción de costo –¿recuerda aquello del 800 y pico por ciento de ahorro? -.
Se dice, también por escrito, que las y los llamados catedráticos CONACYT deben buscar su inserción en alguna institución o incurrirán en incumplimiento reglamentario, el hecho es que no hay plazas por ocupar ni en el remedo de sistema de universidades constituidas este sexenio, una interpretación es que les perece pertinente adelgazar al personal en la CTI mexicana.
También se dijo que “A través de nuevos lineamientos se dará mayor certidumbre y libertad a las catedráticas y catedráticos Conacyt” (ver el comunicado 220, fechado el 9 de junio de 2021 –se puede descargar del portal del CONACYT-), el hecho es que de los 1500 catedráticos quedan activos alrededor de 1300 y decreciendo; una interpretación es que CONACYT desea incorporar mas ciervos de la nación mediante una convocatoria que cierra esta misma semana.
La lista es muy larga, pero no quiero aburrirle con la pléyade de dichos versus hechos desde CONACYT; el conjunto de estos arroja una interpretación: A pesar de tanta evidencia, Huey Tlatoani no hará cambios en CONACYT pues incluso obtiene réditos electorales y en las encuestas a su popularidad al incentivar la polarización.
Sólo cerraré con que se dice que preceptos del partido político que actualmente gobierna nuestra república son no mentir ni traicionar al pueblo bueno, pero ahí están los hechos; ya la Historia interpretará.