
Los niños que fuimos
Los cárteles de narcotráfico en México no esperaron repetir la panacea de los tiempos del viejo PRI, donde el verdadero control del crimen organizado se ejercía desde el gobierno, con el recuerdo del general de la Sedena Jesús Gutiérrez Rebollo, ex Zar Antidrogas con Ernesto Zedillo, condenado a 40 años de prisión -presionado por el gobierno de Estados Unidos, por supuesto- por nexos con Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos”, líder del Cártel de Juárez.
Como imagen de retrovisor, ahora vemos en la escena nacional una tolerancia sospechosa, con Nicolás Maduro como invitado a la reunión de la CELAC en la CDMX, con orden de aprehensión en Estados Unidos por narcotráfico desde marzo del 2020. Fue la primera salida del país del presidente venezolano, desde el requerimiento nortemaricano.
No se arriesgó, sabía que López Obrador lo protegería. Marcelo Ebrard fue por él al aeropuerto 18 de septiembre y lo paseo orondo, mientras congresistas de EEUU reclamaban a México el no aprehenderlo.
Dos días antes se dio el estrecho acercamiento militar con Cuba y la presencia del presidente Miguel Díaz-Canel como invitado de honor en el desfile militar del 16 de septiembre, y el relego al graderío del embajador de Estados Unidos Ken Salazar.
Ahora México frena el visado de 24 agentes de la DEA, para beneplácito de los cárteles de la droga.
Los hermanos Fidel y Raúl Castro, y ahora Díaz-Canel, es la mano en el tiempo que ha movido los hilos de la estrategia militar de países latinoamericanos del Foro de Sao Paulo y los países del Alba, con gran influencia en Venezuela, Nicaragua, en el Brasil de Lula Da Silva y Dilma Rouseff, la Argentina de los Kirchner y Alberto Fernández.
Venezuela es un país que expulsó a los agentes de la DEA desde el chavismo. El Fiscal General de Estados Unidos, William Barr, informó en marzo del 2020 la presentación de cargos criminales por narcotráfico contra el presidente Maduro. Miembros de su gabinete están acusados de nexos con los cárteles y también tienen orden de aprehensión en Estados Unidos.
Las escenas contribuyen a explicar la resistencia de Andrés Manuel López Obrador, de Marcelo Ebrard y el titular de Segob Adán Augusto López, para frenar las visas de agentes de la Drug Enforcement Administration (DEA) apostados en México.
Se trata de una veintena de agentes que según la cadena CNN esperan el visado durante 10 meses, cuando el tiempo usual no pasaba de un mes.
“La negativa de México a otorgar visas a los agentes de la DEA es uno de los pequeños pero importantes factores irritantes de la relación en este momento, que está contribuyendo a una declive en la relación de seguridad”, publicó CNN citando a funcionarios estadounidenses no identificados.
Afectada por las nuevas restricciones impuestas por el Gobierno de López Obrador a la actuación de agentes extranjeros en territorio mexicano, la jefa de la agencia antinarcóticos estadounidense Anne Milgram pidió al Fiscal General Alejandro Gertz Manero la semana pasada permitir a la DEA colaborar en operaciones con policías de México.
Con la guardia baja y el trabajo en otras labores que no competen a la naturaleza castrense, el Ejército de Luis Crescencio Sandoval y Ricardo Trevilla, de la Marina de Rafael Ojeda Durán y la Guardia Nacional de Luis Rodríguez Bucio, alientan la impunidad de las cabezas del narcotráfico, con nulos resultados.
México endureció su posición luego del arresto del ex Secretario de la Defensa Salvador Cienfuegos Zepeda en el 2020. Las restricciones a los agentes de la DEA se han paralizado y la cooperación contra los cárteles de la droga, según el subjefe de operaciones de la agencia DEA, Matthew Donahue.
El gobierno de López Obrador está tomando una ruta muy peligrosa, con amigos dudosos y una evidente tolerancia al crimen organizado que frena la cooperación internacional y despierta oscuras y turbias sospechas.
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