
Descarta Rubén Rocha prohibición de narcocorridos en Sinaloa
Todo en la Cuarta Transformación es ocurrencia, blof y artimaña del relativismo y multiculturalismo.
Una manipulación a conciencia donde vemos a la cantante y performista Lila Downs como la diva en turno, como parte del espectáculo político – circense del momento y eventos donde el indigenismo es explotado sin concesiones.
El sectivo revisionismo histórico de Andrés Manuel López Obrador utiliza piezas del pasado para formular un relativismo que le va a tronar en las manos, como suele hacerlo esta posición cuando opera como fundamento de una causa.
En una de estas pistas de la carpa mete de lleno al Ejército de Luis Crescencio Sandoval y Ricardo Trevilla -el cerebro detrás de la Sedena forjado con Felipe Calderón Hinojosa como Comandante Supremo de las FFAA- y a la Guardia Nacional de Luis Rodríguez Bucio, como guardianes arqueológicos y protectores de la historia, un tema que requiere manos expertas que están a años luz de tenerla.
Pero al final del día el anuncio de López Obrador en la conferencia mañanera de este lunes es una vociferada más. Ya veremos más adelante algunos jarritos mesoamericanos rescatados por soldados, y tan tan se acabó.
Al multiculturalismo, que dista mucho del concepto de sociedades multiculturales -la inmensa mayoría de las sociedades actuales son multiculturales-, trata de sobreponer los usos y costumbres locales, sobre la ética, aún si se transgreden leyes estatales y federales.
Los indígenas están perdonados en lo que hagan, como víctimas de la Conquista y de los invasores, de igual forma los narcos por “la falta de oportunidades, condiciones socioeconómicas y laborales”
El relativismo de Andrés Manuel es aún más peligroso. Formula una especie de justificación sobre el actuar delincuencial de los narcotraficantes.
Este relativismo que ha dado muestras extrañas, como el respeto público a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y deferencias especiales a su madre Consuelo Loera, no se aplica a otro tipo de transgresores.
Por ejemplo, el presidente nunca ha justificado a los asaltantes de casa habitación, a los extorsionadores, a los carteristas, y todo tipo de delincuentes, que están en las mismas condiciones sociales que los narcos.
Ese relativismo ve con diferentes ojos a Manuel Bartlett, Pío y Martín López Obrador, a Felipa Obrador y David León, que a los 31 científicos, académicos y ex funcionarios del Conacyt que quiere meter a la cárcel.
A la nomenklatura de la 4T le gusta sentirse en la fantasía de ese sitio especial de la historia donde se imaginan pioneros en conceptos de vanguardia, en la construcción de una supuesta transformación.
En realidad reeditan conceptos que han demostrado rotundo fracaso como planteamiento sociológico en la línea de tiempo.
Los espero este martes a las 3:30 en RadioFormula y Teleformula en el programa de Eduardo Ruiz-Healy
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