Ironía
Cualquier trabajador del Gobierno del Estado de San Luis Potosi lo puede decir, el proceso de entrega recepción es el más engorroso de toda la administración pública.
Siempre lo ha sido y este año parece ser que se puso más rudo. Se crearon formatos y sistemas e incluso una coordinación temporal para poder llevar a cabo todo el procedimiento con la vigilancia del propio gobierno desde su interior. El órgano de control interno antes conocido como la contraloría preparó todo este sistema y lo entregó con anticipación a la actual administración, desarrollando incluso simulacros que permitieron detectar los errores todo para que quedara puntualmente entregado el paquete.
Sin embargo, conociendo la capacidad (e incapacidad) del ser humano seguramente en dichos documentos puede existir algunos errores, sobre todo porque el procedimiento es nuevo e involucró áreas y personal que aún no estaban incluidas en procesos previos. Y para la cereza del pastel, vino todo el caos que trajo el confinamiento 2020, extendido al 2021. Pero también por la experiencia pública que hemos tenido como sociedad, sabemos que en estos documentos no solo habrá errores, sino misteriosos borrones, omisiones, cifras dudosas, datos exagerados o minimizados y faltantes. Algunos serán errores humanos y otros muy probablemente sean fallas administrativas que se deben sancionar, de todas formas, se debe de contrastar la información y cuadrar para poder encontrarlos. Y claro que es responsabilidad de la próxima administración, pero seguramente gracias a las leyes de transparencia y acceso a la información los investigadores periodísticos y ciudadanos accederán a toda ésta información para poder revisarlos y ayudar en esa búsqueda.
De igual forma, cada sexenio se hace este intercambio y como he indicado el de este año es más complejo y sofisticado, pero siempre vemos el mismo baile en donde el que entrega se viste de un virginal atuendo y mansedumbre mientras que el que recibe tiene los ojos vigilantes y semblante fiero.
Así ha sucedido sexenio tras sexenio y cada vez se convierte más en un asunto de ciudadanos que toman el trabajo de hacer la vigilancia desde el exterior, mientras que al sucesor administrativo del Estado se le deja la tarea más fácil pues se realiza a través de sistemas y programas. El asunto es si los entrantes tienen la capacidad suficiente para comprender y utilizar dichas herramientas. En muchas ocasiones la falta de experiencia, que no está reñida con los estudios y títulos de cada persona, por supuesto, requiere que se asesoren de los propios individuos que participaron en la administración anterior haciéndolos en ocasiones juez y parte.
En todo caso en opinión de este monero el procedimiento es una gran oportunidad de crear una democracia y administración pública más eficiente, óptima y transparente. Y eso, queridos lectores, podemos decir que son las nuevas instituciones y las leyes de nuestros tiempos avanzando lentamente en beneficio de nuestra nación.