Jugando con México
Por órdenes expresas del presidente de la mesa Directiva, Porfirio Muñoz Ledo, a partir del jueves de la semana próxima, no podrá ingresar al palacio legislativo de san Lázaro, nadie que no sea diputado, periodista o funcionario de alto nivel o de seguridad de la Cámara de Diputados.
El propósito del veterano legislador que se encargara de recibir la banda presidencial de manos del presidente saliente, Enrique peña Nieto y de entregarla al presidente entrante, Andrés Manuel López Obrador, es que en la ceremonia del sábado no haya gente extraña en el recinto legislativo.
Con esas medidas se pretende blindar el palacio legislativo, para que la ceremonia del 1 de diciembre, se lleve en paz y orden, sin recurrir a los “pelones” del Estado Mayor Presidencial.
El plan es que los diputados sesiones el martes y miércoles, y quedarán libres para prepararse a asistir a la ceremonia de cambio de poderes el sábado 1 de diciembre.
Los más de 4 mil empleados de la Cámara de Diputados sólo trabajarán tres días de la semana próxima, se irán el miércoles y regresarán a laborar hasta el lunes 3 de diciembre.
Únicamente trabajaran los elementos de resguardo y seguridad, por acierto ahora comandados oficialmente por Carlos Noriega, quien había fungido como director general interino y fue ratificado en el cargo, por la vasta experiencia que ha acumulado realizando labores técnicas y de administración.
Muzo Ledo también ordeno que todos los estacionamientos queden libres para poder albergar a quienes han sido invitados a la ceremonia del 1 de diciembre.
Aunque todavía no se define totalmente, se espera que, a la ceremonia de cambio de poderes, asistan unos 400 invitados especiales, por lo que, sumados a los diputados, senadores y funcionarios del gabinete entrante, se calcula sean unas 1,200 personas los que estén presentes en el recinto legislativo.
EL PULSO.- Por cierto, muy oportuna la aclaración del senador Ricardo Monreal Avila, en el sentido de que en Morena trabajaran para que no haya vuelta atrás a la vieja historia de México, cuando el partido en el poder era el único con posibilidades de ser electo. En el foro «Causas y efectos del viraje electoral (2018) vs al pluripartidismo en México», realizado en la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho de la UNAM, el coordinador del Grupo Parlamentario en el Senado de la República dijo que un sector de la población estima que el amplio margen de votos que obtuvieron en la pasada elección, abre la puerta a otro partido hegemónico y pone en riesgo el pluralismo** “Desde mi punto de vista, están equivocados. El modelo de partido hegemónico no competitivo no volverá. Las elecciones de Estado, que estábamos acostumbrados a ver en el PRI y el PAN, son moral y materialmente imposibles de restaurar”, refirió Monreal Avila para desencanto de los seguidores de López Obrador que no solamente están pensando en mantener a Morena en el Poder por los próximos 30 años, sino al propio López Obrador por unos dos sexenios en el palacio nacional** Ricardo Monreal remató: “La mayoría inédita en el Congreso, que la voluntad ciudadana le concedió a Morena, es para garantizar gobernabilidad y pluripartidismo, la democracia deliberativa con gobiernos eficientes y honestos, y elecciones orientadas a dar soluciones a los problemas de la población, no para dominarla”. Nada más, pero nada menos.