Ironía
Nomás faltó que AMLO pusiera a bailar a los militares Sandoval, Ojeda y Bucio con ‘Juanga’
Imagino la cara de “what” de Kamala Harris cuando el Servicio Secreto de EEUU le informó que antes de recibir la llamada, el presidente de México estuvo a punto de poner a bailar a su Gabinete de Seguridad a ritmo de “Juanga”.
En la mañanera de este lunes López Obrador ordenó: “Pónganlo, pónganlo”, se refería a Juan Gabriel y a la canción que canta con Rocío Dúrcal: “esa que me gusta mucho y que dice: no, no, no”.
Como son frecuentes sus dislates y confusiones, staff y reporteros en la conferencia de Ciudad Juárez pensaban que se refería al Noa Noa, pero no es así, se trataba de la canción Déjame vivir (https://youtu.be/nqf4aIh2CYk).
“Ponla, ponla”, seguía diciendo frente a la mirada expectante del general Luis Crescencio Sandoval, el almirante Rafael Ojeda Durán, la Secretaria de Seguridad Rosa Icela Rodríguez y el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, obligados a sonreír en todas sus grotescas ridiculeces.
Por un momento pensé que se iban a parar a bailar en traje de camuflaje de campaña.
El anfitrión gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, apurado por ser rescatado por Morena, ante la muy probable venganza de la gobernadora electa de Maru Campos -hizo todo lo posible por meterla a la cárcel para eliminarla de la contienda electoral- movía la cola presuroso en cada graciosada presidencial.
Al final del largo video de Juanga, los reporteros reclamaron que haya terminado de pronto la mañanera y ya no diera espacios para más preguntas. Así el “diálogo circular” a punto de terminar en karaoke.
La falsa rebeldía de Claudia Sheinbaum
Aparece contestataria al gobierno federal. Con cierta rebeldía que la viste de autonomía frente al impresentable Hugo López-Gatell, independencia que no mostró frente a la orden palaciega de apoyar a otro super impresentable: Félix Salgado Macedonio.
Claudia Sheinbaum Pardo es la primera en la línea sucesoria de Andrés Manuel López Obrador, por lo tanto, hay que rescatarla de la derrota del 6 de junio con una estrategia que la proyecte fuerte, alejada de las zalamerías palaciegas.
Y qué mayor oportunidad que fabricar una controversia Sheinbaum – Gatell en la crisis sanitaria, aprovechando el hartazgo popular y el enloquecedor encierro que presagia el regreso al semáforo rojo.
Para todos aquellos que creen en la bravura de la Jefa de Gobierno al contradecir a los principales funcionarios sanitarios de Andrés Manuel, no hay tal. Nadie contradice al líder sin un previo acuerdo, bajo riesgo de ser expulsado del templo.
Esto es, aún cuando el rojo del semáforo gateliano es más inofensivo que la Guardia Nacional repartiendo abrazos no balazos, la “desobediencia” de Claudia va acompañada con una estrategia mediática para exaltar su valentía.
Sus corifeos filtran en columnas políticas supuestos arranques de López Obrador contra Gatell por los resultados sanitarios que afectan a Claudia, y escenas apócrifas de enfrentamientos de la Jefa de Gobierno contra el subsecretario.
No se la crea, no hay tal rebeldía, todo es parte de una estrategia de imagen para catapultar a Claudia a alturas donde no la alcance Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, Juan Ramón de la Fuente, la decepcionante Tatiana Clouthier y más.
Los espero este martes a las 3:30 en RadioFormula y Teleformula en el programa de Eduardo Ruiz-Healy
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