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La crianza respetuosa es una manera de criar a los hijos diferente a los estándares, creencias conocidas desde la tradición. No solo es un modo de cuidar y educar, es un estilo de vida y de relacionarse con los demás desde el respeto, criandolos desde el amor, la humildad, libertad, creatividad y honradez.
Este tipo de educación propone límites razonables, normas con sentido según la madurez del niño, transmitidas a partir de una relación empática y democrática. Con esta visión de crianza los padres hacen frente a las necesidades del hijo con un acompañamiento amoroso y de comprensión hacia sus emociones, ayudándoles a reconocer y comprender sus emociones para darles herramientas para gestionar y manejar dichas emociones desde la empatía y respeto, màs no desde el chantaje, humillación, gritos, golpes, acción de ignorarlas, etiquetas, etc.
La crianza respetuosa está basada en el apego seguro y saludable. Esta teoría surge de los estudios desarrollados por el psicoanalista Jhon Bowlby. En su teoría nos explica que el apego más sano se da cuando el niño o bebe siente la incondicionalidad por parte de sus padres, es decir cuando le proporcionan seguridad y se establece una comunicación y un contacto con el menor.
Al profundizar el vínculo madre e hijo, el apego seguro contribuye a la supervivencia física y psíquica del infante, ya que en los primeros años de vida de cero a seis, el cerebro está en desarrollo para la sinapsis, conexiones neuronales, sistema nervioso, neurotransmisores, la clave y el unico interes del cerebro es la supervivencia. La seguridad facilita el conocimiento y el vínculo con el mundo.
Los últimos estudios de las neurociencias en el campo en neurobiología del apego incluyendo las primeras etapas del bebe como la orientación, cuidado temprano, primeros aprendizajes, termorregulación y desarrollo sensoriomotor, no dejan duda acerca del rol fundamental de las interacciones tempranas bebe-madre para el desarrollo cerebral y emocional y por lo tanto para la salud mental en la etapa de la niñez y de adulto.
Los estudios por neuroimagen demuestran que el desarrollo de las neuronas, de la sinapsis, neurotransmisores necesarios para las conexiones neuronales dependen desde el principio de la vida, de la calidad y cantidad de estímulos que el bebe reciba en su interacción con su entorno. Esto determinará las funciones del sistema nervioso y desarrollo psíquico del niño. Las manifestaciones y conducta del bebe deben ser significativas para la madre y que ella debe ser capaz de interpretar bien las señales que da el bebe.
Los estudios de sociología demuestran que la crianza no es una cuestión que deciden los padres solos. Por un lado existe la influencia de su propia historia, personalidad, capacidades, necesidades, etc. Y además están inmersos en un contexto cultural, social y laboral que influye en sus decisiones y sus posibilidades, mucho más allá de lo que ellos mismos creen.
Los padres deben cuestionarse acerca del sistema de crianza que impide el establecimiento de un vínculo y de un apego seguro y de una interacción y estímulo de calidad. Nuestro sistema occidental de crianza ofrece hoy en día un desarrollo mental saludable incompetente para el niño, al participar demasiados cuidadores a una edad muy temprana que va desde los 43 dias de nacido. La dificultad que experimenta el bebe de orientarse y vincularse y el riesgo de dispersión añadiendo la separación de la persona central en su mundo. Esto significa para el bebe la inseguridad y la exposición de peligro. En términos psicoanalíticos significa pérdida de objeto protector y para el cerebro del bebe se registra un tipo de amenaza que atenta con su supervivencia.
Esto conlleva a consecuencias en donde la madre conozca poco a sus hijos, se dará que los grandes acontecimientos del bebe cómo iniciar la marcha, sus primeras palabras, el control de esfínteres, suceden en la guardería, y esto dará como resultado a que el sistema de apego o vínculo se desactiva. Ante esto el bebe o el niño activa sus propias defensas como ejemplo de ello tenemos a un niño que al irse su mamá el niño esté jugando, al llegar la madre, el niño continúa con el juego, en apariencia el infante no se entera, argumentando que el niño es muy sociable que acepta ser tomado en brazos de cualquier persona. Esto es el resultado de que el infante tiene una vinculación dispersa y como resultado en la etapa adulto un comportamiento inseguro y temeroso.
Estos sistemas crean un circuito recíproco de incomprensión y de necesidades insatisfechas entre la madre y el hijo.
Lluís Flaquer catedrático de sociología de la Universidad Autónoma Barcelona, responsable del grupo de investigación » infancia familia y políticas sociales comparadas » en sus estudios señala acerca de las consecuencias que se generan al no convivir con los hijos, por lo general los hijos llegan solos de la escuela, y se quedan solos en casa, mientras los padres trabajan, en su ausencia estos niños recurren al televisor o videojuegos, por otro lado están los hijos a quienes los padres llenan con exceso de actividades extraescolares. Esto conlleva a que estos niños y adolescentes crezcan con una separación padres-hijos. Esta separación impacta en el cerebro y lo registra como un rechazo, el subconsciente lo capta como una falta de interés o de cariño. El niño o adolescente lo que percibe o interpreta es que no lo quieren y como consecuencia estas vivencias o experiencias generan baja autoestima, inseguridad, sentimientos, de fondo depresivo que pueden generar menos ganas de vivir y pensamientos de suicidio. En la etapa adulta el resultado será poco éxito en cualquier área de su vida.
De esta soledad o abandono que experimentan los niños en los primeros años de vida puede surgir la hiperactividad. Ellos reflejan tanta inquietud, tanta falta de desprotección y no dan tiempo de protegerlos por el vacío que sufrieron a tan corta edad, mientras que de este problema de hiperactividad pueda ser el inicio de un TDAH ( trastorno de déficit de atención e hiperactividad ) en donde el infante acabará recibiendo psicofármacos.
Otros problemas que puedan enfrentar estos niños por todo lo que se ha generado en su cerebro en los primeros años de vida es que en la etapa adolescente se enfrente a posibilidades de tener problemas de drogodependencia, fracaso escolar, violencia doméstica, delincuencia juvenil, promiscuidad sexual irresponsable, dependencias ligadas a la tecnología como el móvil, televisor, videojuegos, etc.
Ahora el impacto en niños abandonados por más de seis meses en un orfanato con cuidados inadecuados tendrán mayor proporción de autismo y retraso psicomotor, aumentando el riesgo de desnutriciòn, maltrato físico, abuso sexual, tendiendo al síndrome del niño abandonado que puede detonar problemas psicologicos y trastorno mental, ademas de enfrentarse a problemas con mayores posibilidades de drogodependencia, delicuencia y fracaso.
Los padres deben recurrir a estrategias y medidas para una conciliación real entre el trabajo de los padres y las necesidades del bebe, niño o adolescente.
Estrategias para fomentar la crianza respetuosa.
Una estrategia sugerible es que en ausencia de los padres en caso laboral su cuidador sea una sola persona capaz de brindar atención adecuada, responsable y consciente por pocas horas.
Fomenta la disciplina positiva. Guiar a los niños de forma firme partiendo desde el respeto y amor, con acciones y frases positivas llenas de afecto y comprensión.
Toma consciencia de no repetir patrones de violencia y castigo con tus hijos.
Fomenta la comunicación efectiva desarrollando habilidades que permitan resolver problemas y comunicarse de forma adecuada y respetuosa, evitando palabras antisonantes que puedan lastimar la autoestima de tu hijo, palabras hirientes.
Dale una oportunidad a los errores para crecer fomentando la resiliencia en tus hijos.
Fortalece su autoestima, evitando premios o castigos. Alienta y da mayor atención a su esfuerzo, motivarlos a descubrir sus capacidades para tener mayor autonomía en el mundo de los adultos.
Fomenta las artes, la lectura, el deporte, la música, meditación. Sus beneficios aumentan mayores conexiones neuronales, la memoria, creatividad, concentración, etc. Estas estrategias desvían la atención en videojuegos, tv, móvil, etc.
Fomenta hábitos más saludables en ti para que seas un ejemplo en acción y no en palabras. El cerebro sigue los patrones de conducta que se forman mediante la repetición. Estos hábitos que les impongas desde temprana edad los acompañaran a lo largo de sus vidas, asegurate de que sean hábitos saludables para el cuerpo, mente y espíritu.
Lee y aprende todo aquello que lleve a darles una infancia llena de hábitos saludables, respeto, conciencia y bienestar, para que tu hijo tengas bases muy solidas y se pueda enfrentar al mundo con éxito total.