
Los niños que fuimos
Autor: Oro
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La política es un asunto de varias convergencias. Y quienes acceden a ella tienen características psicológicas, profesionales y vocacionales muy bien determinadas, muchas de ellas son habilidades que permiten sobrevivir y trascender en este ámbito. El sistema llamado prianista ocurrido en el siglo XX y principios del XXI, creó un perfil estándar en la política. Se dieron algunos arquetipos muy básicos en los que podía encasillarse a la mayoría de los contendientes.
Y al margen de los sempiternos triunfadores también participando en política, pero nunca encumbrados al poder, siempre permanecieron las tribus de izquierda, hoy conocidos en tono de mofa como Chairos.
En la pura teoría su ideología es respetable y en muchos casos aplaudible, por supuesto que sus intenciones de dientes para afuera también lo son. Pero en la realidad, al llegar al poder, hay una dislocación de sus propuestas que tardan mucho en cuajar o simplemente son imposibles ante una realidad que vivimos en nuestro país.
Por ello cuando entran en el poder es muy frecuente que batallen, o de plano nunca puedan lograr algún avance notable durante su gestión. En muchos casos terminan derrotados y haciendo muy difícil que un candidato de su misma liga pueda subir al poder. Si bien hay casos como Michoacán o Zacatecas donde ha gobernado la izquierda y al menos se ha obtenido un resultado mediocre, es notable la hegemonía de la ahora CDMX desde que llegó al poder la izquierda. El caso más notable por supuesto es el de Andrés Manuel López Obrador cuya carrera no concluyó al término de su mandato en esta entidad, sino que se encumbró hasta la presidencia. Él es de los pocos políticos de izquierda a la altura de este eterno campeonato. Y aunque muchos disentimos de su postura, propuesta y aplicación de la administración pública, tiene muy en claro su agenda presidencial (aunque solo él la entienda y le vea sentido, insisto). Además, los tantos años de experiencia le han dado sus propias habilidades no profesionales ni oficiosas para navegar en este ámbito del poder. Por supuesto que muchas de estas habilidades no sean las tradicionales acuñadas en el prianismo en el cual el militó, ha formado su propio cúmulo de talentos para crear alianzas y negociaciones de una forma totalmente vinculada a su personalidad. Muchas de estas habilidades las desarrolló propiamente en el populismo, pero también a nivel unipersonal se le debe reconocer que es un individuo con capacidad de autoridad y liderazgo dentro de su círculo. Movió a personas que se volcaron a apoyarlo y a su propuesta, logrando obviamente encumbrarlo hasta la silla presidencial. De esas personas con mucha energía, intención, voluntad e incluso capacidad profesional, muy pocos tienen esas habilidades que detenta AMLO para moverse en la llamada “polaca”. La mayoría de la 4T son una bola de inexpertos, que solo soñaba lejanamente con llegar al poder. No tienen el colmillo, la malicia y la discreción que tienen mucho de los políticos de la vieja guardia. Salvo honrosas excepciones, o debería decir deshonrosas excepciones, como es el caso de Manuel Bartlett, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal o Mario Delgado, este último ha demostrado tener esa capacidad natural de ponerse al tú por tú con cualquiera de los maquiavélicos, truculentos y sombríos personajes de la política prianista.
Hago una pausa pues hay que hacer una aclaración, aunque sea a media postulación argumental, este monero desea que usted, que está leyendo esto sepa que todo lo que estoy escribiendo sobre los políticos de uno y otro extremo del espectro, puede resultar tan encomiable como deleznable, es decir para el pueblo el asunto de que los políticos tengan estas características mencionadas puede parecer aborrecible, pero entre el ambiente es deseable al menos contar con estas habilidades para utilizarlas en caso de ser necesario. Hago esta aclaración porque en su momento si la cuatro te hubiera contado con estas habilidades hubiera podido crecer más usándolas para el bien de la nación (aja) y obviamente de su propuesta política.
Pero su torpeza y falta de tablas, como se dice en el ambiente teatral, les ha dado varios momentos difíciles que van desde la renuncia de Germán Martínez en el IMSS o el exministro superstar Carlos Urzua, hasta los enfrentamientos internos como se sucedieron recientemente en el caso de Irma Eréndira contra Salgado Macedonio o Manuel Bartlett, o también se podría mencionar al propio cónyuge de Irma, John Akerman quien tuvo una desazón con Sabina Berman.
Y hablando de ellos, este matrimonio de Ackerman-Sandoval, otrora catedráticos de la UNAM, se fue aislando poco a poco buscando alianzas que no cuajaron, y que no les fortalecieron al interior del movimiento conocido como la 4T. Boquiflojos, fantoches, pedantes e inexpertos políticos resultaron ser, como muchos de los miembros de la 4T, como ya se ha expuesto.
En días pasados el presidente, de una forma adusta que recuerda a las tradicionales declaraciones de cambios en el gabinete hechas en los sexenios anteriores, le dice adiós a la secretaria de función pública sin muchas explicaciones, como una apestada sale de su puesto y regresa a su plaza en la UNAM. Obediente y callada es removida en un gabinete que había contado con más renuncias qué descabezamientos. Y también notoriamente con cada vez menos mujeres.
En radio pasillo se rumora acerca de varias causas que pudieron haber sido lo que ocasionó, entre ellas la cuestionable honestidad, la falta de capacidad en sus funciones, pero sobresalen los estoques a los feudos de los grandes cuates de Andrés Manuel, al haber sancionado como proveedor al hijo de Manuel Bartlett, y haberse entrometido en la selección del candidato de MORENA por el estado de Guerrero, en el cual participaba el hermano de Irma Eréndira y que una vez elegido Félix Salgado, se aprovecha de las imputaciones en contra de este para maquinar entre las sombras con el fin de quitarle la candidatura. En este caso fue apoyada públicamente por su esposo el güerito de la televisión John Akerman, por lo que es muy probable que veamos como su brillante carrera como comentarista y conductor de TV empiece también a opacarse.
Los morenistas de cepa estarán tristes ante la pérdida de esta fulgurante pareja en su 4T, pero la oposición y los que nos consideramos neutros aplaudimos esta mezcla de berrinche presidencial y karma político acumulado.
Adiós Irma Eréndira, estás fuera del país de las maravillas.
Última observación: la avasalladora fuerza de este movimiento llamado “la cuarta transformación” que elevó al presidente es una suma de varios fenómenos, algunos irrepetibles, pero perdió fuerza como la espuma que crece repentinamente pero que decae cuando las burbujas individuales revientan. La falta de esas tristemente necesarias características siniestras del político mexicano, es decir del colmillo perro, ha dejado a los inexpertos, ingenuos y torpes chairos débiles ante su propia gloria. Pero ahora van acumulando este nuevo conjunto de habilidades a través del aprendizaje sobre el camino, por lo que habrá que verlos con nuevos ojos al llegar a las próximas elecciones, ya que lo que lograron sin saber cómo, ahora podrán multiplicarlo o incrementarlo con su nueva experiencia en el ruedo. Tiembla México