
El uso del pasado
Autor: Oro
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Lo he dicho y lo repito, el mayor peligro para nuestro país no es tener un gobierno de izquierda o de derecha, de los antiguos dinosaurios o de los Ingenuos improvisados. Tener un país lleno de corruptos tanto en el gobierno como en la sociedad es pésimo y lo hemos vivido durante tantos años que ya a nadie le queda duda. En general la falta de valores en nuestro devenir político es un daño terrible, un daño que nosotros mismos nos hemos ganado, puesto que en este país que se rige por un sistema democrático aplica la frase tan concebida de que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen. Aunque el tema debería de ser darnos cuenta que lo que tenemos por gobierno, Al ser un reflejo de nuestro pueblo, debe de ser un aliciente para que se efectúen cambios en la sociedad, ya que la única forma de tener una transformación en el gobierno Que tanto aborrecemos es tener una transformación en el pueblo. Esa es la conclusión más importante a la que deberíamos de llegar.
Pero no es el tema principal de este pequeño texto que este monero se atreve a suscribir.
Decía yo que lo mencionado es terrible, pero no es lo peor. El verdadero peligro para nuestro país está en cambiar nuestro régimen democrático.
Yo nací en 1971, cuando tuve mi primer credencial para votar no tenía ni fotografía . Vimos el nacimiento del Instituto Federal Electoral. Vivíamos en una dictadura Virtual, una sucesión cuasi monárquica donde el presidente saliente seleccionaba al siguiente gobernante.
Hasta que la ciudadanía completa se hartó y pidió verdadera democracia. Todavía tuvimos que sufrir un gobierno priista más a causa de los sucesos de 1988 donde se dio el grandísimo fraude cuya paternidad comparten Carlos Salinas de Gortari y Manuel Bartlett Díaz. El siguiente gobierno Priista del doctor Ernesto Zedillo se dio porque hubo factores verdaderamente importantes como fue la muerte de Luis Donaldo Colosio, convertido en un mártir tal vez sin mérito.
Pero por fin en el año 2000 se dio una alternancia pianista que a muchos aún le sabe a continuidad con la antigua dictadura priísta. Sin embargo, ese año, el 2000, el 2 de julio pudimos ver por fin un logro importante para nuestra nación.
Ese año y no el 2018 inicia la verdadera transformación que tanto canturrea Andrés Manuel López Obrador. Aunque no lo quiera reconocer, el empuje de la ciudadanía para lograr que esta institución entonces llamada IFE enfrentará poco a poco al gobierno hasta imponerse. Y Dos sexenios tuvimos un gobierno de un partido diferente al PRI. Pero para bien o para mal elegidos al igual que en el 94 de una forma democrática. Incluso la elección nuevamente del Priista Peña Nieto, fue parte del logro de la democracia. Ni que decir que El que ahora gobierne AMLO es parte también de ese logro y de la existencia del INE.
Se efectuaron cambios, y no lo digo como mérito del PAN, sino como un mérito colectivo, de ciudadanos y políticos demócratas, un logro nacido de varios de los partidos de izquierda y derecha que provocaron que el gobierno mutara poco a poco, creándose reglas que por consenso servían mejor para sostener esta democracia. Éste monero piensa y confirma con toda seguridad que el ahora llamado INE es probablemente el bastión más fuerte que nos queda como país antes de caer en una barbarie incivilizada. Tengo mis dudas de que la suprema corte de justicia y todo el poder judicial sostengan la tambaleante cordura y frágil estructura de este país, ya que no sostienen el nivel de credibilidad que necesitamos. Los demás organismos como la CNDH han sido capturados por el actual poder ejecutivo con suma facilidad.
El tener un INE Independiente y ciudadano que no obedece a los poderosos ni se quiebra ante el gobierno es primordial para nuestra supervivencia. El día que caiga en manos de quien gobierna comenzará la ruptura de todos los poderes y del pacto federal. Sus reglas son claras y la mayoría de los partidos tiene entre sus filas suficientes abogados que conozcan de la normatividad electoral, para que actúen de acuerdo con ella. Dentro de esta normatividad existen todavía huecos que permiten que un criminal o un personaje de muy baja reputación, se cuele hasta alcanzar una candidatura e incluso ganarla ya que nuestro pueblo es reacio a hacer un análisis al seleccionar a los contendientes y a los ganadores en una elección. La verdad, seguimos votando con el corazón, el estómago, el bajo vientre y no con el cerebro. Mucho menos con el cerebro pensando en el futuro de nuestra nación. Pero esa es otra historia. Por lo pronto me conformo con que se haga de manera legal.
Y con individuos como Félix Salgado Macedonio que pretende romper las reglas del instituto electoral, después de que ha sido señalado como un presunto violador, sin contar las innumerables evidencias de su comportamiento procaz, en el que se le ha visto alcoholizado o bajo el influjo de sustancias nocivas, es por lo menos una terrible muestra de los errores que se filtran aun a través de un sistema. Pero afortunadamente en la última criba no pudo pasar.
Se le quita la candidatura por un error estúpido y no por su verdadero y terrorífico demérito como afamado violador. Esto es un triunfo para nuestra democracia y una muestra de que si debemos luchar por algo es por conservar nuestro organismo electoral limpio y ajeno completamente a los caprichos de un presidente, su partido o canallas como Salgado, que todavía que está valiendo lo que se le unta el queso, se atreve a amenazar al presidente del INE. Si esto no nos indigna en conjunto, compatriotas, entonces ¿qué clase de ciudadanos somos?
Por lo pronto la dama democracia, sus normas y principios le han dado un contundente golpe a este movimiento carente de valores, sensibilidad, legalidad y compromiso. El madrazo lo recibe Félix “el Toro” Salgado Macedonio, pero esperemos que reverbere hasta los últimos rincones de los salones de lujo y majestad del palacio nacional donde reside el mesías redentor y profeta mañanero.