Preparativos para una amenaza llamada Trump
Consciente está este monero de que la violencia, el crimen y la inseguridad no son cosas de risa.
De hecho, el trabajo de monero no siempre es provocar una bonita sonrisa en el rostro de sus lectores, en ocasiones es más importante crear conciencia, de los hechos que ocurren a nuestro alrededor y en otras ocasiones conciencia de nuestros propios actos como sociedad y como individuos. Nuestros fallos, nuestras omisiones y nuestras pésimas actitudes muchas veces quedan plasmadas en la pluma de los caricaturistas con el afán de hacernos reflexionar.
A veces las caricaturas o cartones políticos se tratan de un villano. En otras ocasiones el Villano de nuestra historia no tiene ni siquiera un rostro, a veces usa una máscara y otras veces diluye su rostro entre un millar de rostros.
Todos conocemos los recientes hechos que acontecieron en la capital del Estado, pero qué fueron relevantes por todo San Luis Potosí; hay un camino de sangre de la Huasteca al Valle del Tangamanga. Es obligación del fiscal esclarecer cuál es el verdadero motivo y quiénes son los culpables de los crímenes que cimbraron la conciencia de todos los potosinos. Primero fue el asesinato de un notable ser humano, un empresario con una reputación intachable, valiente y esforzado por representar al sector empresarial, Julio César Galindo quién se había contrapuesto a populistas y charlatanes políticos de frente, en las trincheras qué fueran necesarias, pero siempre en una actitud coherente, integra, valiente y honesta. Fue asesinado cobardemente mientras realizaba actividades comunes a cualquier ciudadano, a la luz del día, frente a su propia hija.
Por otro lado, Rodrigo Sánchez, un político Huasteco cuyas raíces se pueden rastrear hasta las secciones más oscuras de la vida política y pública con algunos vínculos a actividades criminales, incluyendo el asesinato de un personaje importante del oriente de nuestro estado, y que lo llevó a procesos judiciales de los que no dudamos escapó por las argucias legales de sus bien pagados abogados.
Los une a ambos algunos detalles circunstanciales, como el hecho de que se liguen sus asesinatos a la zona huasteca, y sin embargo ambos atentados se hayan dado en la capital de nuestro estado. También los une la vida pública, lo que comúnmente llamamos la política, pero en posiciones muy diferentes, uno representando al ciudadano interesado en el beneficio colectivo, representando a el sector patronal y el otro un ambicioso cacique ligado a los movimientos de grupos y organizaciones populares.
Si bien sus almas ya descansan y lo correcto es sólo hablar bien de ellos honrando su trágico fallecimiento, los hechos llevan a la efervescencia pública sobre el tema qué más arrecia a nuestra nación y por supuesto a nuestro estado un estado, la cual apenas una década atrás comenzaba a mirar que las calles y caminos sea negaban poco a poco de sangre, el tema de la sanguinaria violencia que nos aterra estar viviendo.
Y no es cosa venial. Es verdaderamente un punto de inflexión, es motivo de análisis, Y es un aliciente tomar en consideración para las próximas elecciones: el tema de la seguridad es prioritario.
En opinión de este monero hay que tener en consideración principalmente los siguientes puntos: el Terrible desastre que se ha gestado con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República, un hombre carente de estrategia, de capacidad de mando, de preparación y de las estrategias correctas para la toma de decisiones en este tema. Los homicidios siguen creciendo más allá de lo que se responsabiliza a los gobiernos anteriores, (los cuales nunca se dieron a la boba tarea de culpar a su vez a los gobiernos anteriores) siendo más claro los factores que determinan el ascenso de violencia en nuestro país, no solamente se debe a las acciones llevadas a cabo por los gobiernos priistas y panistas, las políticas de combate de otros países como Estados Unidos, los problemas económicos de origen global y local, pero sobre todo la falta de aplicación de justicia contra los criminales, es lo que probablemente ha llevado a nuestro país a este estado de guerra, aunque no lo quieran reconocer los ciegos del populismo izquierdista. Otro factor es que los gobiernos estatales recientes en San Luis Potosí tampoco han tenido la capacidad suficiente para detener el crecimiento de los grupos delincuenciales en el estado, se rumora que pactan con unos y cortan con otros. También el que las autoridades del sector de la seguridad pública siempre están en entredicho, por estar supuestamente coludidos, infiltrados o inducidos por los grandes grupos delincuenciales. Y por último, y no por ello menos alarmante es el hecho de que algunas personalidades políticas no sólo se presten a esa colusión con el lado criminal, sino que son reconocidos criminales en si, no solamente por haber sido señalados en fraudes y desvíos financieros estando en puestos públicos designados o de elección, sino porque es de conocimiento público que incluso encabezan a esos grupos delincuenciales. Y aun así siguen recibiendo apoyo de la gente a la que no le importa que estos personajes carezcan de ética, ideología e integridad, porque lo que importa es que regalen cobijas, garrafones y enseres domésticos.
La ciudadanía puede rechazar el avance del crimen, la inseguridad y la violencia. No, no se trata de atravesar el pecho contra las balas. Se trata de no aceptar a estos personajes, votar conscientemente, lo que suceda en esta campaña electoral debe darnos el valor para castigar a los que nos han robado la paz y el erario en las urnas. Se valiente, usa el miedo para elegir la mejor opción.Zona de los archivos adjuntos