
Los niños que fuimos
Lejos del primer plano de actos en su servicio público, la actual administración federal para la Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, se haya distante e ignora a la comunidad científica; intencional y premeditadamente omite responsabilizarse de sus actos públicos.
No responder a sus diversos compromisos, incluye convenios ya firmados.
Dos casos son significativos.
El pasado 11 de Febrero, hace 12 días, 70 responsables técnicos, RT, entregaron, en la oficialía de partes del CONACYT, un escrito a fin de indagar sobre sus proyectos en CTI, correspondientes a la convocatoria 2017-2018 para Ciencia Básica.
Para esta clase de proyecto, una persona como RT es una dedicada a la CTI que ha atendido la convocatoria, como titular intelectual de la investigación mediante su propia propuesta, que su propuesta ha sido evaluada y aprobada por pares en CTI -ajenos al proyecto- y que el convenio de asignación de recursos, incluso, está firmado.
Es decir, un o una RT tiene la responsabilidad de ejecutar los recursos asignados para que se obtengan resultados científico-tecnológicos en las directrices de la convocatoria pública, a fin de obtener soluciones a problemas en CTI; en este caso de Ciencia Básica, generación de conocimiento bajo libre demanda que implica formación de recursos humanos.
En su escrito, los 70 RT piden a la Dirección General del CONACYT que no detengan mas las ministraciones a sus proyectos; así como se lee, no han recibido mas ministraciones de recursos en la actual administración, hecho que afecta a la obtención de resultados y a estudiantes y posdoctorantes asociados en los proyectos aprobados, con convenio firmado.
En su misiva aluden una respuesta sorprendente por cínica: “a correos que algunos de nosotros hemos enviado, el CONACYT nos ha respondido que el problema radica en la desaparición del fideicomiso en que se sostenían estos proyectos y que el Comité Técnico y de Administración del Fondo no se ha reunido para determinar cómo resolverán esta situación”, escribieron.
Ese comité es convocado y presidido por CONACYT, ¿omisión voluntaria?
Esta columna ha señalado que la extinción de los fideicomisos será desastrosa para la CTI mexicana; apenas empiezan a darse eventos evidentes.
¿Dirá la Directora de CONACYT que estos proyectos de Ciencia Básica también están corrompidos por el neoliberalismo? Quizá diga, no sobra saber que son del mismo tipo que ella ha tenido como RT.
Actos públicos de CONACYT como la promoción y justificación de la extinción de los fideicomisos en CTI son autodestructivos, de profunda afectación futura a México.
El segundo caso es relativo a las becas que el Sistema Nacional de Investigadores, SNI, ha dejado de cubrir; de justificación mas allá del absurdo.
Es el caso que a profesionales de la CTI se les convoca cada año, públicamente, a enviar solicitudes de evaluación de productividad científico-tecnológica; cualquiera puede atender la convocatoria.
A excepción de la esposa presidencial, todo profesional de la CTI envía su expediente y solicita la evaluación; se usa un exhaustivo sistema de base de datos para alimentar la documentación que acompaña a la solicitud.
La solicitud se conforma por la generación y aplicación de conocimiento, el desarrollo tecnológico y la obtención de título de patente -a propiedad del Estado Mexicano, debo decir- y la formación de recursos humanos; todo es demostrado con documentación probatoria.
Un comité de pares en CTI dictamina si quien solicita merece la membresía al SNI y, de ser el caso, el nivel de beca.
Me consta que este proceso, con decenios de funcionamiento, aunque perfectible, ha dejado de operar; se han dejado de ministrar las becas mensuales a quienes ya han recibido un dictamen favorable a la solicitud de membresía con nivel de beca asignado.
CONACYT ni siquiera contesta al teléfono si alguien quiere indagar sobre la situación que guarda un trámite o proceso.
Ha habido malas, pero ésta es la peor administración federal en CTI: Lontananza mal lograda.