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Trump, ¡uy que miedo!
San Luis Potosí se convirtió ayer en caja de resonancia nacional, luego que el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer una bomba: que contrajo Covid 19.
Evidentemente, el mandatario realizó la gira a este estado con el virus ya en desarrollo y si los síntomas son «leves», como él mismo dijo, es porque las congelantes temperaturas de hace una semana no le tocaron. Aún así, ayer hubo frío mañanero en Soledad de Graciano Sánchez y el sol no contribuyó mucho a mejorar el clima.
A pesar que en público diera la impresión de llevar su mismo tren de vida, López Obrador tiene tiempo de guardar las medidas sanitarias pertinentes, excepto la de usar cubrebocas. Sus círculos cercanos están bajo control, les hacen pruebas contínuas, y deben cumplir de forma estricta todo lo que se les pide para acercarse al Primer Mandatario. Pero algo no estaba calculado: el virus se cuela en cualquier parte.
La gran lección es que cualquier ser humano, por más protegido que esté, puede padecer la enfermedad. Sobre todo cuando la pandemia parece estar en descontrol en todo el país, con elevados números de contagios, hospitalización y muertes.
Los próximos días serán claves para conocer cuántos de los gobernadores y servidores públicos que estuvieron cerca del Presidente, resultan contagiados, entre ellos Juan Manuel Carreras López, quien por lo pronto dijo que todavía está sano y por lo tanto, le dio la razón a Hugo López-Gatell, quien afirma que López Obrador «no es una fuerza de contagio».
De la gira de López Obrador a SLP -en los municipios de Moctezuma y Soledad de Graciano Sánchez-, hubo varias señales políticas.
La principal, el descargo que hizo al gobernador Carreras, a quien reconoció su trabajo en materia de seguridad y justificó que el estado es difícil en esta materia, por estar en una zona rodeada de entidades federativas con mucha delincuencia, lo que no es nuevo. Además, dijo que lo vendrá a despedir cuando pasen las elecciones, antes que deje el cargo en septiembre.
La otra tuvo que ver con sepultar, de forma definitiva, la intentona del alcalde con licencia, Xavier Nava Palacios, se aprobar mediante sus personeros en el cabildo el nuevo plan urbano para la ciudad, para evitar que caiga en la tentación de permitir construcciones en la Sierra de San Miguelito. AMLO dijo que eso no será posible y en vez de mencionarlo a él, lo hizo con su abuelo Salvador Nava Martínez, «un dirigente extraordinario, un luchador por la democracia».
Pero la principal de todas: haberse hecho acompañar de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, oriunda de esta entidad, lo que de inmediato generó confianza en la clase política y empresarial, en medio de una nueva ola de asesinatos en un año que empezó muy violento.
Primer acto: El delegado de PRD en San Luis, Arturo Prida Romero dejó el encargo y a las pocas horas, fue sustituido por Cristina Ismene Gaytán Hernández.
Segundo acto: Los priistas Christian Sánchez Sánchez y José Luis Romero Calzada, desertaron al PVEM y Redes Sociales Progresistas, para ser candidatos.
Tercer acto: Viene López Obrador y no habla de política ni de elecciones, en medio de la elección interna de Morena a la candidatura a gobernadora.
¿Cómo se llamó la obra? Lo que los políticos callan.