Homenajean a personalidades vallenses en galería Arte y Tradición
CIUDAD VALLES, SLP., 16 de enero 2021.- ¿Qué extraño ente semejante a una gárgola merodea por el ejido turístico El Sidral de Ciudad Valles? Quienes tuvieron la experiencia aterradora de un encuentro, lo describen como esos seres míticos de piedra de la Edad Media que eran colocadas en techos de templos y entradas de pueblos para impedir que llegaran demonios.
Las más recientes apariciones de la gárgola ocurrieron en los meses de octubre y noviembre de 2020 en torno al Día de Muertos, por la noche.
El primero en descubrir el fenómeno fue Gabino Martínez Pérez, vecino del ejido. Serían como las 10 de la noche del 2 o 3 de octubre cuando acudió a buscar a un vecino y al llegar al domicilio le llamó la atención “algo” semejante a un ave que estaba posado sobre la rama de un árbol de mango.
“Lo raro que me llamó la atención era que esa cosa tenía una especie de piernas flacas que colgaban de la rama y estaba envuelto en alas enormes”, relató a sus familiares al día siguiente.
Dijo que se quedó quieto, sin hacer movimiento alguno tratando de saber qué era aquello y cuando el ente lo descubrió, extendió las alas que eran muy grandes dejando al descubierto un cuerpo flaco, rostro deforme como de pájaro, pero tenía una nariz ganchuda, cuernos pequeños sobre la cabeza y sus ojos brillaban como llamaradas. Luego el ser se elevó y se perdió rumbo a la sierra.
“Me acuerdo que lo único que escuché era el aleteo muy fuerte y sí me asusté mucho porque nunca había visto algo así de espantoso”, recordó.
El episodio sembró miedo entre la gente, pero al paso de los días se fue disipando.
Sin embargo, un mes después, el 1 de noviembre cuando por tradición se celebra el primer Día de Muertos y llegan a los altares de las casas espíritus de niños fallecidos para convivir con su familia, sucedió un segundo encuentro con el horripilante ser.
Ese día, el contador público Diego N., acompañado por su mamá, llevaron al productor de caña y líder de productores, Alfonso Coronado Castro, desde Calles a El Sidral donde radica, porque se le había descompuesto su camioneta.
Eran las 9 de la noche y el trayecto transcurrió sin incidentes entre charlas diversas.
Una vez que Alfonso Coronado se despidió, Diego regresó rápidamente porque su mamá -quien padece diabetes- tenía que recibir una inyección de insulina. Pero, cuando circulaban a la altura del arroyo que está en el poblado, Diego escuchó un fuerte aleteo y de pronto un animal con alas se estrelló contra el cristal de la ventana del lado del conductor, emitió un chillido agudo y se elevó.
Diego alcanzó a mirar a través del vidrio la cara del ser que describió parecido al de las gárgolas en algunos libros.
“Fue una cosa muy perturbadora y horrenda que mi madre pudo ver también”, aseguró.
La impresión que se llevó la señora le causó un súbito disparo en el nivel del azúcar en la sangre y se puso mal, explicó.
Recordó que por un momento perdió el control del vehículo, pero pudo recuperarlo y se alejó rápidamente, mientras escuchaba que la cosa rara se perdía entre los cañaverales circundantes entre chillidos.
Al día siguiente, Diego regresó al ejido y tras comentarle a Alfonso Coronado el episodio traumático que había vivido la noche anterior acordaron ir al sitio y hallaron entre los sembradíos un largo surco que atribuyeron al monstruo.
El Sidral es conocido a nivel nacional e internacional por encontrarse a poca distancia del paraje turístico El Puente de Dios, sobre el río Tampaón. Pero más que eso por haberse grabado ahí películas como Punto de Quiebre 2 y documentales.
¿Pero qué es el ente tipo gárgola que ronda el lugar?
Los vecinos por lo pronto toman medidas como evitar salir a la calle a altas horas de la noche, algunos bendicen sus casas y hay quienes discretamente colocan yerbas y reliquias contra el demonio en puertas y ventanas.
Pero, ¿de qué se trata la espantosa aparición?
Nota: Personas y lugares del relato paranormal son reales. No son ficción.