Entre amenazas y tensiones eligen a Alcaldesa interina de Tancanhuitz
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 24 de diciembre 2020.- Además del árbol, la cena y las posadas, el nacimiento es uno de los elementos principales en el festejo cristiano de la Navidad y que está presente en la casa de casi todos quienes la celebran.
Cada año, Saúl Moreno Rodríguez manda hacer desde marzo, las piezas elementales de los nacimientos —los misterios, el ángel, los reyes magos, los pastores, así como el buey y la mula— a un taller ubicado en Irapuato, Guanajuato, para que estén listas y pueda comenzar a venderlas a partir de noviembre.
«Yo me empiezo a poner desde noviembre, porque pasando el Día de Muertos la gente empieza a poner sus nacimientos y ven lo que les falta para venir a comprar», comentó.
No obstante, el 24 de diciembre, la Víspera de Navidad, es el día más importante, pues comentó que es cuando llega a presentarse la mayor cantidad de ventas y por eso pide entre 50 y 70 pares de misterios cada año.
Añadió que suele vender el paquete completo, de 10 piezas, a un valor de 500 pesos para que sus clientes puedan adquirirlo a un precio más económico, y comprar más si así lo quieren.
Saúl comentó que se dedica a la venta de nacimientos desde hace 20 años, desde que la madre de su esposa comenzó con su negocio en el Mercado República.
Una vez pasada la Navidad, comienza a instalar todo lo necesario para el Año Nuevo, como las velas de los padrinos y los conocidos borregos de la abundancia y posteriormente, los ropones para Niño Dios para las levantadas.
DESDE EL SIGLO XIII
También conocidos como belenes, pesebres o portales, su elaboración se remonta hasta el siglo XIII. En la Navidad de 1223, San Francisco de Asís ideó una forma para representar la llegada de Jesús en la localidad de Greccio, cercana a la ciudad de Rieti, Italia.
Ayudado por los clérigos locales, San Francisco de Asís construyó una casa de paja con un portal y un pesebre cerca de la capilla para que los habitantes que quisieran, participaran en la representación en vivo del nacimiento de Jesús.
Posteriormente, la instalación de nacimientos fue popularizandose en las iglesias durante la Navidad, a través de figuras de terracota, cera o madera en lugar de seres vivos.
Sería en el siglo XIV cuando el montaje de belenes se consolidó como tradición en la península itálica y pasó al resto de Europa, primero como práctica eclesiástica, posteriormente aristocrática y finalmente popular.
En el siglo XVIII, el rey Carlos III de España promovió el uso de los nacimientos entre la aristocracia española, hasta convertirse en una práctica popular en toda España y América.