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CIUDAD DE MÉXICO, 20 de diciembre de 2020. — Las personas que padecen Síndrome de Piernas Inquietas (RLS, por sus siglas en inglés) tienen de 70 a 95 por ciento de probabilidad de sufrir trastorno de movimiento periódico de las extremidades durante la noche, lo cual a su vez puede provocar insomnio y otras alteraciones físicas y cognitivas.
Así lo dio a conocer Rafael Santana Miranda, responsable de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina (FM), quien explicó que el RLS está íntimamente relacionado con manifestaciones de dolor profundo, tensión muscular, calambres a nivel de pantorrillas que se producen al estar en reposo, lo cual disminuye o desaparece en cuanto se reinicia el movimiento de las piernas, según detalla un comunicado de la UNAM.
El origen de este padecimiento puede ser diverso, el más común es por deficiencias en el metabolismo del hierro. Por ejemplo, cuando un paciente presenta problemas ginecológicos, gastrointestinales o deficiencias nutricionales, insuficiencia renal, que implican en su mayoría pérdidas insensibles de tejido hemático (pequeños sangrados).
La recuperación de esas pérdidas, precisó, requiere de la sospecha clínica, la confirmación mediante pruebas de laboratorio, el control de la causa subyacente y el tratamiento restitutivo, lo cual no es una tarea fácil.
Esta deficiencia provoca trastornos de movimiento durante el dormir, dado que el hierro no sólo sirve para la formación de hemoglobina, sino que está asociado con la formación de neurotransmisores que tienen que ver con el movimiento, señaló el somnólogo.
De modo que buena parte de quienes lo padecen mueven involuntariamente las piernas y los brazos al dormir, situación que les va a generar fragmentación del sueño por múltiples despertares, microdespertares y cambios de fase.
Dichas alteraciones de asocian con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Pero también con sintomatología diurna con bajo rendimiento físico, cognitivo y cambios en el estado de ánimo, puntualizó.
El maestro en rehabilitación neurológica indicó que no hay tanta diferencia en la presencia de este síndrome entre hombres y mujeres, y en algunos países se ha encontrado que existe una prevalencia de tres a 10 por ciento de la población.
Consideró que estos problemas deberían diagnosticarse desde el primer nivel de atención para que evitar que se compliquen; es decir, “el médico general, por ejemplo, debe indagar si las causas del insomnio secundario a probables trastornos de movimiento, son consecuencia de deficiencias nutricionales, otras enfermedades como las gastrointestinales o insuficiencias”.
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