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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 22 de noviembre 2020.- Varias generaciones crecimos con el simpático y travieso niño de historietas, el entrañable negrito (aunque ahora sea políticamente incorrecto llamarle así) Memín Pinguín, creado por Yolanda Vargas Dulché, también creadora y escritora de otras historietas mexicanas y novelas para televisión. Su autor creativo o dibujante, fue el señor Sixto Valencia.
Como es evidente, la imagen de Memín representa el estereotipo racista de las personas afroamericanas, incluyendo a su mamá Doña Eufrosina. Pero de manera contrastante y positiva, la historieta exaltaba la amistad y los valores familiares; aunque Memín si sufría discriminación en las historias por su color de piel, tenía sus fieles amigos que eran de diferente estrato social, que proyectaban esa camaradería infantil. Descrito en la misma tira cómica como un «chiquitín negrito de enormes ojos y muy chistoso”, es el protagonista de nuestra historia, un pequeño muy simpático, aunque algo travieso, pero de muy buen corazón.
El esposo de Yolanda Vargas se llamaba Guillermo de la Parra el cual fue el fundador de Editorial Vid, la editorial que sería capaz de traer gran parte del mundo de los cómics a México y a Sudamérica, sin embargo todos lo reconocían como un “pingo” lo que significa que es muy travieso. Yolanda Vargas usó un diminutivo del nombre de su esposo y un diminutivo de la palabra pingo, Memín del nombre Guillermo y Pinguín diminutivo de pingo, de esta manera nace la idea de Memín Pinguín.
La historieta trata sobre las aventuras de Memín y sus entrañables compañeros Ernestillo, Carlangas y Ricardo. Memín Pinguín toma el rol principal siendo un negrito simpático de edad indefinida, mediocre estudiante de tercero de primaria, por lo que podemos asumir que era un niño de aproximadamente 10 años, que tiene una sinceridad conmovedora y un alma sin dobleces, pero también es malicioso y hasta tramposo.
Tiene una terrible facilidad para provocar enredos, a los que arrastra a sus amigos. Su forma de explicar las cosas nos recuerda al cómico mexicano Cantinflas, ya que el cantinfleo se muestra en todo su esplendor en su léxico. También hay que destacar que a veces saca de sus casillas a sus amigos, pero eso sí siempre los apoya en todo, es el líder amigo, es el personaje principal, y es el mejor y más simpático de la pandilla, de hecho él, le pone el nombre de los Vikingos Bravos a la pandilla.
La historieta constó de 372 capítulos semanales en sepia y fueron reeditados en 1952, más tarde en 1963, y en 1988 a todo color. La historieta en su versión de 1963, cuando llegó al número 372, volvió a repetir los episodios desde el número uno; en 1980, llegó hasta el número 1000. En 2002, se vuelve a reeditar esta revista, y en 2005, aprovechando la controversia creada por los timbres postales, salió otra edición, esta vez titulada Edición Homenaje.
En 2008, cuando la historieta se encontraba en el número 327, se decidió crear nuevas historias con nuevo dibujo, cayendo mucho su calidad, llegó en 2011 con 442. En ese mismo año, se edita la edición Memín Pinguín Regresa, que se interrumpió en abril de 2015 en el número 186. En 2014, se anuncia el regreso de Memín como edición 50 Aniversario, interrumpida después de publicarse el Número 7; actualmente, se publicó una nueva edición que, hasta enero de 2016, solo llegó al número 3.
ASPECTO CUBANO
El aspecto físico de Memín, Doña Yolanda lo tomó de los niños cubanos que había conocido en un viaje a la isla, cuando ella era parte del dueto Rubia y Morena. Aunque existen cientos de teorías, nada oficial confirmado por su creadora, algunos aseguran que Memín está basado en un paciente del tristemente célebre sanatorio mental La Castañeda, incluso existen fotos del paciente sosteniendo un muñeco del personaje y se anexan más teorías, mencionando que los amigos de Memín representaban un desorden de personalidad diferente, siendo Memín quien representaba la locura, y por eso era el más travieso o el que se metía más en problemas.
ASÍ SE CONOCIERON
Se puede decir que Memín Pinguín no tiene final, pero al mismo sí lo tiene: en su número final de la primera edición, Memín y sus amigos visitan la feria, donde conocen un adivino, y les pregunta: “¿Quieren saber cómo se conocieron?”. Y en la esfera comienzan a aparecer imágenes del primer número, y así el siguiente número es la continuación, iniciando desde el primer número. Este ingenioso bucle del tiempo, hace que en realidad la historia continúe infinitamente, y así, la numeración siguió corriendo aunque se estuvieran repitiendo las historietas.
En 2005 la famosa controversia en la vida de la popular historieta, llevó a retirar sus timbres postales conmemorativos, y a ser retiradas sus publicaciones de las tiendas en los Estados Unidos, ya que los grupos de lucha por los derechos afroamericanos lo consideraban una burla.
Cómo no recordar a esa inigualable Eufrosina: madre de Memín. Es una lavandera de clase baja, estricta con su hijo ya que como castigo le golpea con una tabla con clavo, pero al mismo tiempo cariñosa y amorosa con su hijo. Normalmente Memín le dice de cariño «Ma’linda» y ella «mi niño». Una situación que hoy en día, es considerada una grave actitud en agravio del interés superior de los niños, niñas y adolescentes de México. Pero no deja de ser un contenido de amor y grandes valores.
EL CLÁSICO CONTINUARÁ…
Memín Pinguín es según Yolanda Dulché , un niño muy simpático, mediocre y su carácter se basa en la ingenuidad, y la trama puede ser diversa, llegando casi a ser como una buena telenovela, sin embargo, no hay un final, solo dejaba un letrero que decía “Continuará”, y como muchos odiamos esa palabra, pues Memín Pinguín era un éxito debido a que toda la gente compraba sus comics para ver lo que sucedió después, generando una expectativa de complicidad. Las historias suelen ser desde aventuras con su pandilla, e historias verdaderamente crudas y dramáticas, tanto así que incluso podría desatar demasiada polémica hoy en día ese tipo de contenidos por las actuales leyes y pensamientos encontrados por la sociedad fracturada que impera en nuestros tiempos.
RAREZAS
Se encuentra la vez en que el personaje fue rebautizado temporalmente como “Memín Pingüín” debido a que la palabra Pinguín (sin diéresis en la u) era una palabra altisonante en algunas partes de Sudamérica. En Filipinas, el Ministerio de Educación hizo obligatoria la lectura de Memín Pinguín en las escuelas, pues enaltecía los valores humanos y la familia.