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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 11 de octubre 2020.- Actualmente el edificio ubicado en Morelos 235, Centro Histórico, alberga el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), sin embargo, 155 años antes tenía la función de ser el mercado de carnes de la capital potosina.
El edificio fue construido entre 1865 y 1866 por el arquitecto Ignacio Escalante de forma alargada y de estilo neoclásico; luce pilastras dóricas que se encuentran en ambos lados de todas sus puertas, además de frontones clásicos tanto en la fachada del edificio como en el remate del segundo piso. Para acentuar su estilo, cuenta con una magnífica balaustrada de macetones que coronan toda la parte superior.
En un inicio cumplió las funciones como mercado de carne, propósito que duró durante 33 años, pues en 1899 fue vendido a la sociedad mercantil Federico J. Meade y Hermanos, si bien lo tuvieron en su posesión por poco tiempo y en 1903 lo vendieron al Gobierno Federal, que lo adquirió para funcionar como la Casa de Correos a partir del siguiente año y funcionó como tal durante todo un siglo (hasta 2004).
Finalmente, el inmueble fue adquirido por el Gobierno del Estado en 2006 con el objetivo de convertirlo en un museo. Después de tres años de restauración, reconstrucción y equipamiento, el Museo de Arte Contemporáneo abrió sus puertas el 14 de agosto de 2009 con su primera exposición Picasso a Rothko: una mirada a la colección Museo Tamayo Arte Contemporáneo.
Desde entonces y con cinco salas para exposición, el MAC ha presentado más de mil 800 obras artísticas, en las que además el visitante puede contar con un acercamiento lúdico y creativo con la pieza, así como a más de 200 artistas de talla internacional, nacional y estatal, quienes transmiten sueños, paisajes, memorias, viajes, presencias y ausencias.
“Sus disciplinas enmarcan el arte contemporáneo y las manifestaciones artísticas actuales: videoarte, fotografía, pintura, escultura, instalación, arte objeto, arte concepto, arte sonoro, entre otros”, indica el propio MAC.
El museo destaca que uno de sus aspectos más importantes, es que cuenta con su propio taller de museografía, en el que realizan las obras de arte que se exhiben en forma permanente o temporal. El propio personal del museo está encargado de planear y operar la museografía, el montaje, el desmontaje, el dictamen y la conservación de las obras correspondientes.
También cuenta con un centro de documentación y registro en el que se investiga, cataloga y registra el material documental existente y generado en el MAC. Además de que sistematiza, preserva y difunde la temática especializada en arte contemporáneo. En su acervo, también cuenta con piezas de artistas plásticos que han expuesto su obra en el museo, para que forme parte de su colección permanente y quede un vestigio de su presentación.
Entre las exposiciones realizadas a lo largo de los 11 años que ha funcionado el MAC se encuentran: Identidades, de Rubén Orozco Loza; QÍ, la brújula de la armonía visible de Lenka Klobásová; Traslucir, de Ricardo Guzmán; Instinto, de Víctor Hugo Pérez; Materia animada, de María José de Simón; la obra de Ghislaine Thomas, en el ciclo Mujer, Arte y Vida; Mutaciones, de Bernardo Calderón; Vestigios, de Virginia Varela; Sombras Nómadas, de Betsabeé Romero; The End, de Valerie Campos; Retrocrónica, de Franco Méndez Calvillo, entre otras.