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Muere ciclista tras caer a barranco en camino a Cerro de San Pedro
AQUISMÓN, SLP., 1 de octubre 2020.- El comité local de la Hoya de las Huahuas confirmó que el sitio fue reabierto a partir de hoy; no estará permitido el acceso a menores de 12 años y los adultos mayores deberán firmar una responsiva, también se pide el uso de cubre bocas y la contratación de un guía de sitio por cada diez personas. Se recomienda reservar previamente al (483) 1212705, recordando que el costo es de 100 pesos por visitante.
ASÍ SE VIVE LA AVENTURA
La “Hoya de las huahuas” es una alternativa ideal para disfrutar de la tumultuosa salida de aves desde el abismo. Esta segunda cavidad en importancia en Aquismón sigue teniendo sus adeptos, y no son pocos los vehículos –incluidos enormes camiones de pasajeros- los que se estacionan en la comunidad “San Isidro” (Tampaxal) para vivir su propia aventura al frescor de la mañana.
La parada no solo sirve para pagar el boleto en la caseta, sino para ordenar -de una vez y por anticipado- en las casas de enseguida, un café y un plato de zacahuil (para degustar al regreso). El calzado cómodo para caminar y buenas lámparas que alumbren el sendero en ese andar en la oscuridad, son esenciales para iniciar la marcha, arrullados por el canto de los grillos, aspirando el aroma de las rosas, y salpicándose con el sereno de las plantas.
Sobre el laberinto de andadores de piedra, entre los plantíos de café y de palmilla, sombreados por centenarios árboles, y subiendo algunas escalinatas rústicas, se podrá llegar al sitio a tiempo -al cabo de poco más de un kilómetro de camino- para tomar su lugar en los recovecos de las rocas que circundan el sótano de 60 metros de diámetro, y una profundidad total de 478 metros.
El plan es aguardar la salida de las huahuas -o quilas (especie pequeña de loros)- que combinan su tumultuosa partida y su “tapiz volador” en verde fluorescente, con el ensordecedor chillido de los vencejos. El magnetismo del vacío nos atrae a observar más hacia al fondo, hasta que la conciencia se impone y orilla a extremar las precauciones de rigor, pues sobra decir que una caída sería de fatales consecuencias.
Según los nativos, el origen del nombre tiene su dosis anecdótica. Cuentan que todo surgió de una confusión de los primeros visitantes extranjeros que preguntaron a un campesino sobre la denominación del sitio en que trabajaba: “Joya de las guacamayas”, respondió, pero los turistas pensaron que decía hoya en lugar de joya, y huahuas en vez de guacamayas, máxime cuando el término “hoya” significa hoyo, hondura o poza.
Lo único comprobable una vez estando ahí, es que esta variedad de avecillas hacen la delicia del amanecer, saliendo en círculos desde el interior del sótano, considerado como una de las doce oquedades más importantes del país, y que además puede presumir que en su interior posee uno de los salones subterráneos más grandes del mundo, donde cabría un estadio de futbol.