Preparado Atlético de San Luis para su encuentro ante Pumas
SAN LUIS POTOSÍ, SLP.,1 de octubre de 2018.- Cortar, diseñar y labrar la piel, es la actividad diaria de Atanasio Tovar Martínez, quien desde hace casi medio siglo ha trabajado la talabartería, considerada una artesanía.
Originario de la comunidad de Cerro Prieto, del municipio de Mexquitic de Carmona, San Luis Potosí, don Atanasio contó que a los 12 o 13 años “empecé a trabajar en un taller por el barrio de San Miguelito, pues por donde vivíamos había un taller que se dedicaba a elaborar monturas para caballo y hubo un maestro que me invitó a trabajar y me enseñó», recordó.
Con gusto Anastasio, hombre de expresión amable, describió que la elaboración de una montura de caballo puede llevar hasta un mes de trabajo si es hecha a mano. “Se inicia con el trazado de piezas sobre la piel y después se diseña: si se va hacer dibujada, tejida, o de muchas formas que existen y continuamos el proceso hasta que se termina muy detallada”, explicó.
En el taller de la familia, localizado en la Privada de Bolívar del Barrio de San Miguelito, trabajan también, María Luisa García, esposa de don Atanasio y su único hijo, quien según su padre aprendió muy bien y ahora está dedicado a la elaboración de la montura charra y todos los arreglos que solicitan de charrería.
Además de las monturas, también fabrican cinturones, morrales, carteras, bolsas, miniaturas y souvenirs. El trabajo de la familia ha gustado tanto, que con frecuencia sus productos son buscados por personas procedentes de Guadalajara y León, quienes demandan artículos de charrería.
Lamentablemente la piel es cada vez más complicada y cara para conseguir y aunado a ello, los artesanos encuentran complicada, la aceptación del precio de sus productos, pues constantemente los clientes suelen pedir rebajas en los precios.
«Nos regatean mucho el trabajo y aunque no elevamos muchos los precios porque lo que queremos es vender, pero ya hay más apertura ahora y se entiende que el trabajo hecho a mano vale mucho más», contó.
Don Atanasio, acompañado de su esposa María Luisa, continuarán en el taller hasta que tengan fuerzas, pues es el oficio en el que llevan durante más de 45 años de su matrimonio.