Rómulo, baja colateral en la pugna de Américo y Cabeza de Vaca
Tenemos que hablar…pues la prohibición en el uso de bolsas de plástico, la prohibición del “popote”, la restricción del plástico en general es un ejemplo de políticas cuya mejor pretensión es revertir la creciente contaminación. Sin duda, la necesidad de retornar a estilos de vida más saludables y un mayor respeto por la naturaleza son elementos necesarios en la actualidad.
Es deseable combatir la contaminación que tanto nos afecta ya, sin duda, pero también es cierto que el tema amerita una reflexión, pues hasta ahora lo que ha prevalecido son esfuerzos por contenerla a partir de la promulgación de leyes y prohibiciones, cuando la reflexión pertinente debiera ser enfocarnos en el aspecto causal del problema.
Ciertamente desde un punto de vista superficial el plástico aparece como un material contaminante. No obstante, el plástico en sí mismo no es el problema. La constante aparición del plástico en nuestra vida cotidiana tiene que ver más con su utilidad, pues su enorme versatilidad lo hace un material indispensable para nuestra vida cotidiana. Por otra parte, si vemos al plástico tan frecuentemente como parte primordial de la contaminación de calles, mares o ríos; se debe sólo a dos causas: a la falta de una cultura no contaminante en la sociedad y, por otro lado, a una ineficiente gestión en el manejo de la basura. En otras palabras, somos como sociedad responsable de su carácter contaminante.
Dicho lo anterior, considerar por si mismos a los materiales como los “malos de la película” es solo vislumbrar una cara de la realidad. Definitivamente las sociedades que han tenido mejor desempeño en abatir la contaminación se han enfocado en generar una conciencia mayor entre sus ciudadanos para manejar sus desechos de una manera responsable, separando apropiadamente sus desechos (entre orgánicos, inorgánicos, plásticos, metales, etc.). Por otra parte, la fórmula no puede soslayar la participación de los gobiernos a partir de una gestión de desechos responsable y eficiente: eliminando tiraderos a suelo abierto y promoviendo el reciclaje efectivo de los desechos, entre otras medidas.
En ese orden, generar los incentivos apropiados para un manejo responsable de los desechos es fundamental. La posibilidad de liberar oportunidades de negocios como parte de una mejor gestión de la basura parece ser una parte importante de la solución. En esa asignatura, la intervención de nuestros científicos y tecnólogos, como generadores de conocimiento aplicable, es un eslabón fundamental para aportar elementos formales para la formulación de políticas públicas enfocadas en la solución del problema, así como para proponer alternativas productivas amigables con el ambiente. Con los desechos puede generarse energía, composta, nuevos materiales, reciclaje de diversos materiales, etc. Propiciar como en otras partes del mundo un círculo virtuoso, en donde la basura más que un problema se convierte en una oportunidad.
Los ejemplos internacionales ahí están, lo que significa que es una alternativa viable. Pero lo delicado del tema es que los tiempos del hombre no son los mismos que los de la naturaleza. La devastación de áreas selváticas, la contaminación de los mares, la extinción de especies animales, son hechos que a la naturaleza le tomó cientos o miles de años generar; mientras que a nosotros sólo nos bastó la revolución industrial para iniciar con el problema. Por eso, el sentido de urgencia para afrontar el tema de la mejor manera posibles.
Vale la pena reflexionar si el tema ecológico ha sido tomado con la suficiente responsabilidad en la agenda pública nacional. Mucha normatividad se ha generado con la bandera de abatir la contaminación, pero con magros resultados. Como en muchos otros casos, quizá cambiar el punto de vista puede ofrecernos alternativas más eficientes. A veces abrirnos a la posibilidad de atender los problemas desde una óptica diferente puede darnos mejores resultados, ¿no cree usted?