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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 6 de abril de 2020.- El Covid 19 hizo voltear a la historia del municipio de Rioverde para conocer otras enfermedades y epidemias que han mermado a su población, trabajo que realizó el Archivo Histórico, el cual encontró diversos datos que hablan acerca de que, con mucho, otros padecimientos de salud le han quitado la vida a más personas que el nuevo coronavirus.
El director de esta institución, Lucas Hernández Salinas, dijo que incluso el primer registro histórico data de noviembre de 1695, cuando fray Pedro Sarmiento notificó que los indígenas Pames se habían acabado en Rioverde debido a las epidemias, sin embargo, la cita no tiene mayores detalles sobre los hechos.
Lo mismo ocurrió con lo sucedido en 1784 cuando la epidemia de la viruela diezmó a la población, donde no se ha obtenido más información.
En 1833 se desató el Cholera Morbus o cólera grande, que cobró en la capital del estado y sus villas, cuatro mil 366 víctimas. El 28 de agosto falleció el general Juan José Zenón Fernández, cuando se encontraba en Tampico, al ser desterrado por órdenes de Antonio López de Santa Anna, debido a las presiones de los jalapistas.
En junio de ese año apareció el primer caso de cólera en el barrio del Montecillo, San Luis Potosí, siendo una mujer de nombre Regina Miranda quien lo contrajo y no duró ni 24 horas viva. Durante el periodo de esta epidemia hubo cuatro mil 266 víctimas en el estado, algunas de ellas originarias de Rioverde.
El 15 de octubre de 1833 se terminó oficialmente la epidemia de cólera que asoló terriblemente el estado, después de un periodo de más de tres meses y medio de estacionarse.
Otros registros interesantes que contienen documentos conservados en el AH datan de noviembre de 1849 cuando el doctor rioverdense Ignacio Gama Salcido regresó de la capital donde fue comisionado para asistir a los enfermos de cólera en Salinas.
En su informe manifestó que la enfermedad se había detenido en dicha población, sin extenderse a los ranchos vecinos. La enfermedad provino de una persona que era transportada en una carreta, la cual había salido de Mazapil, Zacatecas y llegó hasta la sierra Hermosa en donde contagió a la población. El médico –muy estimado por los habitantes-, se enfermó del propio virus, sin embargo, pronto se recuperó y siguió prestando sus servicios humanitarios.
Otro dato relacionado con las enfermedades ocurrió cuando el prefectoSóstenes Escandón Martínez, en 1856 propuso dar corriente a las aguas de la Media Luna, para impedir las frecuentes inundaciones en la ciudad, evitando enfermedades mortíferas por la corrupción de los pantanos.
AÑOS ACIAGOS
De 1916 a 1918, se registraron en la región enfermedades como la tifo, crisis hambrunas, la influenza y la pulmonía, considerándose años aciagos para los entonces moradores de esta región y el estado.
La sequía entre 1914 y 1915 provocó que no se sembrara más que un poco de calabaza, ya que el maíz era difícil de conseguir.
En el verano de 1915 se desató la hambruna y no se obtenía ningún tipo de alimento; pueblos y rancherías se iban quedando abandonadas, incluso grupos de mujeres se apostaban en los caminos para pedir o robar comida a cualquier persona, llegando a registrar las crónicas de la época que se comían perros y gatos para subsistir.
En San Diego –una comunidad ubicada al poniente de la ciudad-, las mujeres procuraban no hacer ruido cuando hacían tortillas de corazón de sotol, revueltos con el núcleo de maguey y trataban de esconder el humo de la cocina para evitar que los vecinos les pidieran comida. Muchos niños murieron y otros enterrados aún con vida al quedar desmayados.
La secuela de calamidades continuaba, en 1918 aparecieron la peste y el tifo que mermaron a la población de Rioverde y la región. En San Diego se recuerda cómo se enterraban por decenas de víctimas en fosas comunes y sólo envueltos en petates.
Durante la Presidencia Municipal de Mario Quesada Morales (1914-1915) en San Bartolo se dieron dos casos de viruela negra.
Para 1923 se registraron 97 defunciones por pulmonía, 46 por paludismo, 54 de fiebre tifoidea y 16 de difteria.
El doctor Javier Gallardo Moreno –otro rioverdense altruista-, al visitar a un enfermo en el barrio de Los Ángeles se contagió de tifo y esta enfermedad lo llevó a la tumba el 8 de septiembre de 1915.
Quedó registro que Lázaro B. Cruz Loredo, presidente municipal en 1926, inició la campaña linfa vacunal contra la viruela que se presentaba año tras año.
En 1926 hubo 326 defunciones: 93 casos por pulmonía, 63 por fiebre, 37 por paludismo, y 27 de tosferina.
EPIDEMIA DE ENCEFALITIS
Luego hay un paréntesis de casi 50 años en la historia de las enfermedades, porque el siguiente registro es hasta el 9 de julio de 1971, cuando el Presidente Municipal, Manuel Gaviño Regil, prohibió la movilización y traslado de equinos por la presencia de la epidemia encefalitis equina.
El animal ya enfermo no tenía remedio y debía ser sacrificado por representar una fuente de trasmisión.
Se devastó el ganado en los potreros de Pastora, Angostura, San Francisco de Asís, Tablas, Progreso y circunvecinos, se incineraban los semovientes muertos por la enfermedad.
Fue tan grave la enfermedad, que el presidente de la República, Lic. Luis Echevarría Álvarez recorrió la zona de desastre, visitó al ejido de San Francisco de Asís donde hizo fluir el apoyo en víveres, además que la escuela primaria del lugar se improvisó como hospital ante la gran cantidad de contagios humanos.