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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 5 de septiembre 2020.- Raúl es un empresario de 50 años de edad que vive en San Luis Potosí, es casado y tiene dos hijos jóvenes, todo marchaba bien en su vida, sus empresas del ramo esencial le proporcionan los recursos para vivir bien sin tener que preocuparse como miles de personas en el país que a causa de la contingencia sanitaria por la pandemia del Covid 19 tuvieron que cerrar sus negocios y otros perdieron sus empleos.
Sin embargo, su vida dio un giro cuando resultó positivo al virus, entonces comenzó su angustia y la de su esposa, pues no encontró un lugar en toda la ciudad en donde pudieran atenderlo. Cuando comenzó con los síntomas, acudió con un médico particular, quien equivocadamente le diagnosticó bronquitis luego de que le realizó una prueba rápida para Covid 19, la cual le resultó negativa.
Coco, amiga de la pareja y a quienes recurrieron los esposos al no contar con familiares en esta ciudad, narró a Quadratín SLP esta odisea luego del fallido diagnóstico que recibió Raúl.
“Se empezó a poner mal, tuvo temperatura y dolor de cabeza; la directora que lo revisó le dijo que le iba a hacer una prueba rápida pero le salió negativa y también le hizo una radiografía y le dijo que se le veía una manchita negra en un pulmón, así que le diagnosticó bronquitis y él siguió haciendo su vida normal”, indicó Coco.
A los ocho días su salud empeoró y tuvo que utilizar oxígeno, por lo que llamó a Coco y a su esposo para que le ayudara a conseguir un tanque.
“Yo fui la que le llevé el tanque de oxígeno y se los dejé en la puerta de su casa, como a las ocho de la noche me llama su esposa desesperada porque Raúl no estaba oxigenando y necesitaba ser internado en un hospital. Y me dice que están en un privado pero que no hay lugar, entonces mi esposo y yo nos comenzamos a movernos para ver en dónde lo podían recibir, hablamos a las líneas Covid que proporcionó la Secretaría de Salud y me dijeron que no lo podían aceptar en ningún lugar”, dijo.
Al preguntar si en el Hospital de Soledad de Graciano Sánchez no había lugar le respondieron a Coco que se encontraba en su máxima capacidad. También recurrieron con su cuñada, hermana de su esposo que trabaja en el Sector Salud y estuvo haciendo gestiones, pero no había lugar para recibir a Raúl; además llamó al 911 y le confirmaron que ya no había lugares disponibles en San Luis Potosí para atenderlo. NI siquiera hubo espacios en la Beneficencia Española y el Hospital de la Salud.
“El agente de la aseguradora les consiguió un lugar en Aguascalientes y la esposa de Raúl me dijo que se lo iban a llevar allá, que le cotizara una ambulancia. El conductor dijo que efectivamente ya no había lugares para atender en San Luis Potosí y que estaban haciendo traslados de pacientes con Covid a Querétaro, y que ese era el segundo traslado que les pedían en el día para Aguascalientes”, comentó Coco.
Alrededor de las 2 de la madrugada, Raúl llegó a un hospital privado de Aguascalientes en donde fue internado y aún permanece en terapia intensiva, mientras que su esposa resultó positiva al nuevo coronavirus y se encuentra actualmente en cuarentena en un hotel en esa ciudad, mientras que sus dos hijos están en la capital potosina esperando el resultado de las pruebas serológicas que les realizaron.
¿Y LOS PROTOCOLOS?
En la clínica 02 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no se aplican los protocolos sanitarios entre los familiares que acuden a recibir informes de sus pacientes, pese a que se habilitaron las canchas para poder atenderlos.
Sin embargo, aquí no se aplican todos los protocolos de seguridad pues las personas se aglomeran afuera, sobre las banquetas, esperando que los vigilantes abran el lugar para poder ingresar, mientras que para entrar no se aplica la sana distancia ni se les mide la temperatura corporal.
Lo único que se les pide es que se laven las manos y eso porque ahí se encuentran los lavabos al alcance.
Una vez adentro, sí se les dispersa, pero muchas personas no guardan la sana distancia.
Una señora mayor de edad que tiene a su hijo internado en este lugar reclamó airadamente al personal de seguridad por qué no aplicaba los protocolos que exige el Sectur Salud: “Por qué no los separan?, están todos amontonados, nos vamos a contagiar”, espetó la mujer.
A lo que los guardias solo les pidieron a los familiares que se separaran.