Ironía
Como cada año, en el segundo semestre empiezan a publicarse las clasificaciones internacionales y nacionales de las instituciones de educación superior, IES.
Algunas listas de clasificación -o ranking, en inglés- sólo incluyen universidades, otras incorporan a centros de investigación como los Max-Planck de Alemania, etcétera.
Las listas de clasificación son relevantes porque, de conformidad al criterio de construcción de éstas, permiten ordenar la relevancia, productividad, impacto e importancia de IES en México y el mundo.
Así, por citar ejemplos, algunas listas de clasificación buscan captar en sus a estudiantes de cierto perfil; otras permiten distinguir qué IES tienen mas actividad en ciencia, tecnología e innovación, CTI.
El detalle de elaboración de la lista puede ser tan preciso como sólo incluir cuáles IES cuentan con publicaciones CTI o bien cuáles tienen en su planta a personal premiado; desde Nobel a distinciones locales.
Así, por construcción, las listas de clasificación se componen con factores de interés a quién propone la lista misma. Luego, puede haber sesgos importantes, clasificaciones a modo, en la definición y de ahí que sea relevante incluir en la lectura a las componentes de su construcción.
No obstante, salvo el riesgo advertido arriba, las listas de clasificación y la lectura de sus componentes de construcción permiten comprender el entorno de la IES.
Usaré aquí el reportado reciente en https://www.timeshighereducation.com/world-university-rankings. Ésta es una clasificación internacional elaborada en colaboración de una casa editorial de importancia en la CTI: ELSEVIER; misma que cuenta con la más amplia gama de títulos y una distribución con cobertura en impactos y temáticas de CTI.
El reporte en la liga citada incluye el análisis público, no me sorprendería haya información de interés para la firma editorial. El ranking es internacional e interesante para la CTI mexicana y es una muestra el efecto que las políticas públicas nacionales han tenido sobre IES mexicanas.
La nota nacional ha sido que la UAM se coloca en esa clasificación por arriba de la UNAM, del ITESM y otras. Los vítores deben ser mesurados. La UAM y el ITESM se ubican en un lugar dentro del intervalo de 601-800 de las 1000 IES enlistadas; la primer por arriba de la segunda.
No es para celebrar. De hecho, en cualquier clasificación internacional medianamente respetable, la conclusión es la misma, no es para celebrar.
Que la mejor IES esté entre el lugar 601 y 800 de 1000 significa que sólo el 40% están peor. Mas allá de las primeras mil quizá ni son meritorias de discusión a nivel internacional.
La posición es reflejo de la escasa política para CTI de orden federal combinada con políticas institucionales; menos que medianas. Otra componente de la política se refleja sobre los conceptos de educación superior emanados por la SEP en esta administración y las previas.
En México hay diversos subsistemas educativos a nivel superior: El sistema de universidades estatales, las universidades politécnicas, el instituto tecnológico de México (que agrupa a los otrora institutos tecnológicos y a los regionales), las IES federales (donde se agrupan UNAM, IPN y CINVESTAV), las universidades tecnológicas (que ofertan grados intermedios entre el medio y las licenciaturas) y los centros públicos de investigación coordinados por CONACYT y los sectoriales donde se ofertan posgrados.
De todas las listas de clasificación (vea usted, por ejemplo, https://www.topuniversities.com/subject-rankings/2020), algunas ordenadas por temáticas posicionan a alguna IES mexicana dentro de los primeros dos cuartiles; es decir, a lo mas que se llega a media tabla.
Ya enclavados sobre la ruta 2021, sobre la intersección de la CTI y la educación en IES, quienes aspiren a gobernar estados también tienen una labor sobre el sistema educativo de su competencia; como las universidades estatales y las politécnicas, al menos.
Entrarse y asesorarse está en sus manos.