Ironía
La supuesta corrupción de los expresidentes Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa ventilada en “las mañaneras” por el presidente Andrés Manuel López Obrador no sólo tiene que implicar el conocimiento a detalle de esta red, también debe terminar con la presencia de ambos ex mandatarios en la cárcel, o estos casos como muchos más en este país habrán sido sólo el “pan y circo” de cara a las elecciones legislativas del 2021. Lucha por el poder nada más.
Si no es cárcel, no habrá valido la pena tantas declaraciones al aire; los hechos delictivos se tienen que comprobar judicialmente y debe servir como ejemplo a las futuras generaciones que los recursos públicos deben ser administrador con honradez y los sobornos de particulares no deben dictar las políticas públicas, como se dice sucedió con los “billetazos” a legisladores para aprobar la Reforma Energética en los tiempos del Pacto por México.
Dice Emilio Lozoya que de esos sobornos de la empresa brasileña Odebrecht se vieron beneficiados Peña Nieto en su campaña electoral del 2012 y se lograron aprobar reformas importantes para el país, como la energética, ya en pleno gobierno; actos aparentemente de deshonestidad política, por decir, lo menos, y de responsabilidad penal, por decir lo más.
Loyoza, esperemos con pruebas, dice que alrededor de 500 mdp fueron implicados en actos de corrupción, siendo utilizados alrededor de 100 mdp para la campaña electoral de Peña y 120 mdp a sobornos a un diputado y cinco senadores, según declaró el fiscal general, Alejandro Gertz, mediante una denuncia de hechos que presento el ex director de Pemex.
Ahora sólo queda esperar que estas palabras se sustenten jurídicamente y lograr con esto una hazaña nunca antes vista en México: encarcelar por actos de corrupción a ex presidentes mexicanos y con ello dictar un antecedente histórico de combate al mal de males de este país: la corrupción; de lo contrario, si todo queda en dichos y supuestos, habremos de escenificar la farsa jamás vista auspiciada desde Palacio Nacional.
Recordemos que AMLO llegó a la Presidencia con la bandera de la lucha contra la corrupción; y si se logra fincar responsabilidades penales a ex altos jerarcas políticos, como lo puede ser un ex presidente, habrá dado un giro de 180 grados a la historia política de este país, inmerso en crisis económicas por décadas en gran parte por actos deshonestos del servicio público y una mal manejo de la política económica y obviamente de los dineros de los presupuestos federales.
¿Qué hubiera pasado si los actos de corrupción en su momento hubieran sido castigados? Muy probablemente los futuros gobiernos habrían hecho las cosas bien en materia de generación de riqueza pública (no robando) y con ello pondrían a México en los primeros planos de crecimiento del PIB y altos índices de ingreso per cápita. No dudo que seríamos más ricos como nación y con menores índices de desigualdad social, el gran pendiente hoy en día.
Twitter: @icalderon_