Preparado Atlético de San Luis para su encuentro ante Pumas
CIUDAD VALLES, SLP., 19 de julio de 2020.- Una selva donde abundan plantas con espinas amenazantes, creciendo entre grietas que se extienden, junto a piedras cortantes que sobresalen entre conchitas y caracoles, es en lo que se ha convertido la mayor parte de lo que en condiciones óptimas sería la presa La Lajilla, la más grande de la Huasteca Potosina, que en los últimos meses agoniza debido a la falta de lluvias y al riego desmedido.
Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el sitio que abarca un millar de hectáreas de superficie en su etapa de plenitud, en 2019 descendió hasta un 30 por ciento de su capacidad, pero en 2020 bajó al 20 por ciento y continúa en declive; de esta manera el cuerpo de agua ubicado en el ejido Laguna del Mante, a 33 kilómetros de la cabecera municipal de Ciudad Valles, se encuentra entre dos y siete metros por debajo de su profundidad normal.
LA PRESA SE ALEJÓ
Un recorrido de Quadratín San Luis por el área constató que en algunos casos, la orilla de la presa se ha retirado hasta un kilómetro de los embarcaderos de fincas cercanas, donde antes atracaban lanchas y otro tipo de embarcaciones. En una de ellas platicamos con Gustavo Muñoz Castañeda, un residente que manifestó su preocupación, sobre todo por la deforestación que propicia el alejamiento de las precipitaciones pluviales.
Precisamente a poco más de 37 kilómetros al norte de Ciudad Valles, sobre la carretera a Ciudad Mante (Tamaulipas), y en el sector circundante a La Lajilla –en el ejido Flor de María- desde hace casi una década se instaló Wonderful Citrus, una planta procesadora de limón que utiliza una buena parte del agua que ahora hace falta aquí. Situación parecida ocurre con algunos cultivos de caña que también han crecido en número a diferencia de años anteriores.
OJALÁ QUE LLUEVA: AUTORIDADES
Las autoridades de Laguna del Mante están preocupadas por la situación: El comisariado ejidal Adalberto Márquez Hernández, indicó que “desde el año pasado, no hubo lluvias que incrementaran el nivel; se le hizo un estudio a finales de febrero (de 2020), y para ese momento tenía no más de seis millones de metros cúbicos, y ahorita estamos hablando que puede tener debajo de cinco (millones), ello repercute en todo el consumo humano”.
La ganadería también corre riesgos, “hay quienes al no tener agua en sus potreros han perdido animales”. Aunque en el ejido buscan ríos subterráneos para la perforación de pozos, (pero) “es un lugar donde las aguas subterráneas están muy profundas”.
Pidieron a la Conagua desazolvar la presa, sin embargo, la dependencia “dice que es más fácil hacer otra (presa), sale carísimo; la esperanza es para septiembre, (porque) si las lluvias no nos favorecen, se nos va a acabar y esto va a ser un cambio muy drástico”
LAS GLORIAS PASADAS
En el trayecto del reportero por las zonas circundantes, los moluscos secos siguen apareciendo por doquier en aquella especie de desierto, ahora suplen a lo que antes eran aguas abundantes en los que nadaban y se pescaban tilapias, bagres y lobinas, especies –sobre todo ésta última- que dieron fama nacional e internacional a La Lajilla, una presa donde competidores que llegaban de otras partes del país y del mundo, se disputaban los primeros lugares en torneos de renombre.
Lamentablemente a la fecha, la agonía de la presa –con más de medio siglo de antigüedad- continúa con el paso de los días, y con ella arrastra también la esperanza de los lugareños, no solo de Laguna del Mante, sino de localidades vecinas que de manera indirecta se beneficiaban con los arroyos que surgían a partir de los escurrimientos de La Lajilla, y donde ahora nada más hay lajas, conteniendo charcos enlamados con peces muriendo, entre nopaleras y ramas secas con espina.