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Reforma en el bachillerato, un paso hacia la modernización educativa
Al impulso de los caprichos del señor presidente y seguramente de su séquito imperial, el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell tuvo que renunciar brevemente a su formación científica para espetar que había un escudo moral que protegía a su mesiánico jefe Andrés Manuel López Obrador de la terrible enfermedad que se avecinaba.
No ha sido el único tropiezo de quien comanda actualmente los esfuerzos en contra de este flagelo mundial del Covid 19, también sus incansables “ya mérito“ sobre la pronta llegada del pico de la pandemia ha llegado a hartar a todo el público, incluyendo los medios que suelen ser bastante inmisericordes. Va sabiendo al cuento de “Pedro y el Lobo” para algunos.
De lo que más ha perdido, aparte de la dignidad de un honorable científico cuyas credenciales nos tenían convencidos en un principio, la atención de la mayoría de los ciudadanos se ha dispersado desde el momento que se vio comprometida la credibilidad e integridad de López-Gatell tan solo para perpetuar el aura mística del jefe.
Si no fuera por el esfuerzo voluntario y solidario de la mayoría de mexicanos consientes, el caos de un timón mal manejado habría enfrentado a nuestra nación con una terrible catástrofe como no se ha visto en el resto del planeta. Y eso que nuestros números pandémicos ya son de por sí vastos desgraciadamente.
Muchos de los que seguimos la información que genera el Gobierno Federal nos enfrentamos al deseo patriótico de creer en las autoridades encargadas del problema, y en cambio recibir las noticias más variopintas y las acciones más contradictorias, además de que conocemos las carencias provocadas desde el inicio de la gestión del presidente.
Así que mejor nos hemos dado a la tarea de seguir combatiendo este virus con la información obtenida gracias a los medios masivos y el sentido común. Obedecemos las pautas marcadas por el Sector Salud pero tenemos que discriminar y desechar la información que a leguas carece de sustento. Ni hablar de exigir un comportamiento digno a este gobierno de cuarta.
Este monero no se opone a las acciones y estrategias del gobierno, de hecho, comprendo las limitaciones de los recursos que están al alcance, pero preferiría que no se interpusieren las creencias y caprichos del señor presidente antes que los lineamientos técnicos, científicos o incluso básicamente lógicos con los que cuenta hoy en día su propio Sector Salud.
Esta situación ha raspado la delgada capa de oro de este gobierno y sacado a la luz el cobre del que está hecho. No se justifica de ninguna forma cada error que se cometió en el marco de esta emergencia mundial y nacional. Vivirán por siempre los dichos fantásticos de la 4T, de su mesías y del hoy menos creíble y respetable doctor Hugo López-Gatell.