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RIOVERDE, SLP., 2 de julio de 2020.- Una de las primeras zonas de tolerancia en el estado, la de Rioverde, dejó de funcionar cuando la llamada guerra contra el narco estuvo en su máximo apogeo y los grupos delincuenciales extorsionaban tanto que ya no fue rentable su funcionamiento.
En la década de los cincuenta, el alcalde Pedro Hernández de la Vega, se atrevió a cambiarla de la calle Morelos en pleno centro a una de las orillas de la ciudad, sitio que ahora ya está densamente poblado en los alrededores; esa decisión le ganó muchos enemigos.
Tras su abandono, pues en el lugar solo permanece un solo sitio abierto, llamado el bar Gisela, atenido por un travesti del mismo nombre, las fachadas y construcciones se fueron haciendo viejas.
Para evitar un riesgo de caída y a petición de vecinos, la dirección de Protección Civil de Rioverde, demolió una pared que perteneció al popular bar Guadalajara de la extinta zona de tolerancia, ubicada en calle Quezada casi esquina con Bulevar Ferrocarrilero, una de las muchas construcciones que podrán tener ese fin por las condiciones estructurales tan debilitadas que presentan.
El riesgo estaba al pasar de vehículos pesados que con sus vibraciones hacían temblar la estructura y corría el peligro de caer al paso de algún peatón o algún automotor, por eso se tomó la decisión de demolerlo antes de que cayera por su propio peso, señalo el director de Protección Civil, Jesús Padrón.
Al interior del predio se detectaron varios factores de riesgo que pudieran desencadenar en un accidente en un futuro, pero al ser interno se buscará al dueño para remediar esta situación y evitar algún accidente lamentable, mientras tanto se pide precaución al circular por ese lugar.