Economía en sentido contrario: Banamex
En seguimiento a la entrega inmediata anterior, aquí la segunda parte.
Espero que las y los aspirantes a puestos de elección no desconozcan sobre aquello en que la ciencia, tecnología e innovación, CTI, puede apoyar a México.
No vaya a ser que, al igual que Huey Tlatoani, quien desde palacio nacional dijo ignorar qué es la Conapred, las y los candidatos que resulten electos en 2021 ignoren sobre CTI y qué es Conacyt.
No omitiré, no puedo hacerlo, decir que desde palacio se ignora que Conapred tiene enorme valor social desde la perspectiva de erradicar la discriminación. La única explicación que hallo es que ésta no conforma una plataforma electoral, por ello se voltea a otro lado: los votos. Es lamentable que el Jefe de Estado, también Jefe de Gobierno, desconozca sobre este tema tan relevante.
Regreso a la CTI, desde una nota detono los ejemplos.
Ayer jueves, el secretario general de la OCDE, mexicano y exsecretario de estado, trata que la ausencia de «solución multilateral» en los impuestos a los gigantes de internet podría derivar en una «guerra comercial». Se puede creer que es tema entre EUA y China, no estarían lejos de la verdad, pero sí de completitud.
Si bien el conflicto tiene foco sobre internet y los impuestos por aplicativos TICs y su uso; es precisamente por ello que la comunicación 5G, el internet de las cosas, IoT, y más están juego.
Si sucede la guerra comercial, ésta sí afectaría a México y la población entera. Aun cuando se encuentre solución multilateral en términos tributarios, México debe tener una posición al respecto. La CTI puede coadyuvar.
El caso muestra que la CTI tiene impacto en políticas públicas que pueden trascender fronteras con la consecuente defensa de los intereses nacionales.
Ya ha sucedido, aquí recordaré la restricción comercial de EUA para que México exportara aguacate a su territorio.
En aquella ocasión, la ciencia mexicana, en liderazgo de quien a la postre ganador del premio nacional de ciencias, investigador del Instituto de Ecología radicado en Jalapa, Veracruz, demostró que la cáscara de aguacate es un repelente natural a la mosca que decían desde EUA infectaba, si se me permite el término, al fruto.
La CTI mexicana permitió reabrir la frontera, porque la argumentación estadounidense resultó científicamente insostenible,
Pero no solo eso, se sabe que un insecto, un escarabajo, está afectando, matando, millones de árboles en México. Con altísimo costo productivo en el agro y así en ecosistemas por impacto medioambiental. En estricto sentido no es el escarabajo, sino un hongo que deposita éste en huecos destinados a su procreación. Lo hongos producen encimas que desdoblen las macromoléculas celulósicas a fin se alimenten las larvas. Esta interacción termina por matar al árbol.
Ese insecto ha entrado a México por nuestra frontera norte. Cómo llegó allá, es asunto de ellos. Lo que es cierto es que desde EUA se están afectado nuestros ecosistemas y agroindustria arbórea.
Quizá el daño no se voluntario ni intencional, pero ese no es asunto de México, la afectación económica y medioambiental existe en nuestro país y no es provocada desde territorio mexicano sino importado. Debe repararse el daño.
La CTI es elemento estratégico para defender nuestros intereses ante eventos transfronterizos que incluyen los actos voluntarios como la imposición tributaria y los de modificación de fronteras medioambientales, tanto bióticos como abióticos.
Cada uno de los tres ejemplos comentados aquí merecen el concurso de expertos, su financiamiento y desarrollo.
Las y los políticos deben tomar en cuenta que, si bien la CTI puede aportar entre 1.5 y 2.5 % de posibles votos, muy bueno en contiendas cerradas, además permite defender los intereses nacionales.
Entretanto, el parlamento abierto continua, en la sesión de ayer siguió la discusión. Recordemos que la CTI no es un problema, no se debe ver desde ese enfoque, sino de la oferta soluciones a las necesidades de México.