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Reforma en el bachillerato, un paso hacia la modernización educativa
Dirigir proyectos implica delegar acciones, cierto nivel de decisiones y resultados. Uno delega para que le ayuden a resolver problemas y no para que se generen dificultades.
En ciencia, tecnología e innovación, CTI, sucede lo mismo. Por ejemplo, al dirigir un estudiante doctoral, la formulación de preguntas, la revisión de los métodos y resultados, son labor del director de tesis. El trabajo, obtención de resultados y hasta la escritura de borradores de artículos y del documento mismo de tesis son parte de las acciones delegadas al o la doctorante que, de hecho, sirven como elementos formativos.
Pero en CTI éste no es el único ejemplo donde se delega. México delega en CONACYT, a través del poder ejecutivo de la república, actos y decisiones especificadas en la Ley de Ciencia y Tecnología, LCyT, e instrumentos normativos en relación al tema.
No sobra reiterar el enunciado del derecho público que postula: Sólo lo que está en la ley está permitido – el cuál significa que lo que no está escrito no está permitido -. Éste mismo va acompañado del siguiente: todo acto de autoridad pública debe estar motivado y fundado en la ley; la LCyT y normas relativas a CTI en el caso de CONACYT.
Con este punto de partida, comento, breve por espacio, dos casos.
PRIMERO
En días pasados desde CONACYT, en el Sistema Nacional de Investigadores, SNI, según comunicaciones propias, mediante correos emanados desde la secretaría técnica del SNI, se solicitó donativos a los miembros de este sistema.
Tal acto no está ni en la LCyT, ni en la Ley Orgánica del CONACYT, ni en ningún otro instrumento normativo que rija lo delegado por México a CONACYT. En consecuencia, de acuerdo a los postulados citados arriba, no les está permitido tal acto.
Tal solicitud desató discusiones bizantinas. De ley, los donativos de particulares están en el ámbito del derecho privado y no en derecho público. Al respecto, son las personas quienes deciden sobre sus actos y recursos a partir de los que puede, deseen y les motive a actuar en líquido o especie. Yo, en lo personal, invoco a la solidaridad de la gente, pero es decisión de cada persona, pues.
Pero no solo eso, tal acto forzó tiempo desde palacio nacional en los monólogos matutinos de Huey Tlatoani. Reitero que se delega para resolver problemas y actuar conforme a derecho y no para crear dificultades.
SEGUNDO
En plena crisis de salud, CONACYT prometió respiradores para atender pacientes con SARS-CoV-2 en condición crítica; mismos que serían entregados el pasado 15 de mayo de 2020.
No sucedió, fue por incapacidad del CONACYT y del Centro Público de Investigación, CPI, que tomó el encargo; que por cierto de investigación científica hace poco pues opera mas como una firma de ingeniería con sede está en Querétaro.
Nunca consideraron sus capacidades reales ni de contexto. Componentes debían ser importados y nunca llegaron (al menos no a tiempo como es mas que obvio). Luego el diseño ya existe y se pusieron a diseñar y contratar empresas privadas de instrumentación, automatización y control, resultado: fallaron. Ganó el tiempo por inexperiencia y eso que operan como una forma de ingeniería.
La maquila, entendida como reproducción masiva de prototipos funcionales con operación probada y certificada, no está en los actos delegados por México al CONACYT. El desarrollo tecnológico sí, y en este caso se refiere al diseño, construcción y puesta en marcha de prototipos, mismo que debe ser certificado, más cuando de salud se trata. Pues me informan que ni lo segundo se tiene.
Tal incumplimiento trae una consecuencia en la percepción de sociedad entera y los gobernantes. La CTI no sirve de mucho podrían pensar quienes se enteren y den seguimiento a tal falta, para concluir que no haya mas presupuesto a CTI. No ayudes compadre.
Si ésta ha sido la intención de CONACYT y del CPI, entonces lo hicieron bien, ya nos perjudicaron, es palo dado. En caso contrario fallaron afectando a todo México. Espero no suceda lo mismo con los laboratorios anunciados con pompa y platillo sobre pruebas para COVID-19; habrá que estar alertas.
Para cerrar diré que estos eventos evocan a estudiante de preparatoria que quiere postular y resolver una tesis doctoral. Lo mas probable es que no esté capacitado(a) ni formado(a). Si bien, con tal tamaño de población puede haber algún talento excepcional, lo recomendable es que se forme correctamente a fin de delegarle trabajo de investigación en CTI, que lo lleve a resultados científicos sistemáticos y reproducibles.
Así, en caso contrario, con talento promedio para la CTI se hará costumbre dar resultados falsos que solo propicien desprestigio.
Con esta metáfora en mente. Los hechos comentados arriba muestran un talento promedio en CTI desde CONACYT y además una formación incompleta o deficiente.
Lo que sí se le ha delegado a CONACYT es elaboración, gestión y seguimiento de políticas públicas a partir de actos definidos en la LCyT, su Ley Orgánica y otros instrumentos. Pero de esto hay poco, casi nada.
Respecto de capacidad, capacitación y entrenamiento, bueno los hechos hablan por sí mismos. Esperemos que no se haga costumbre no dar ni una; no quiero ser ingenuo sino bien intencionado, por lo que es recomendable ceñirse a la norma, o tener formación completa, para actos de autoridad pública en CTI.