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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 25 de abril 2020.- Ha pasado un año desde que sucedió uno de los sucesos que más han marcado al estado y particularmente a la zona metropolitana: el incendio forestal de la Sierra de San Miguelito, el cual tuvo duración de un mes, una afectación de 12 mil hectáreas y tardaría cinco años en recuperarse plenamente, de acuerdo con las autoridades de San Luis Potosí.
En su mayoría fue vegetación baja, arbustos y pastizales, los árboles no resultaron afectados, la fauna también tuvo que escapar ante la catástrofe, aunque hubo algunos animales que perecieron incinerados.
El siniestro inició el 17 de abril y concluyó el 21 de mayo del 2019.
El equipo de Quadratín San Luis hizo un recorrido por la zona afectada para constatar de primera mano cómo se encuentra la sierra luego del incendio que sufrió. Se pudo observar que luce las huellas del siniestro con algunos tramos de la sierra en color gris y negro, apenas adornados con pequeños tonos en verde, señal de que la herida va cicatrizando.
EN LA PRIMERA LÍNEA
Personaje fundamental en el combate al siniestro que marcó un precedente en cuanto a incendios forestales en el estado fue el director de Protección Civil del Estado, Ignacio Benavente Duque, quien relató lo complicado de ese trabajo, porque fue de gran magnitud e inclusive requirió la coordinación con autoridades federales como la Comisión Nacional Forestal (Conafor), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Marina (Semar), la Policía Federal y por supuesto el Cuerpo de Bomberos del estado, que brindaron elementos para conducir la brigadas de ataque.
Una de las dificultades fundamentales y que en parte propició la duración del incendio fue que no pudieron contar con las aeronaves correspondientes ya que se encontraban atendiendo otras necesidades en el sur del país.
«Fue un trabajo complicado, tuvimos una dimensión muy grande por atacar, teníamos también el problema de la movilidad, los combatientes tardaron mucho en llegar al incendio, llegaban cansados por la falta del equipo aéreo porque la Sedena y la Semar así como la Policía Federal tenían ocupadas sus naves en el sur de la República y nosotros en ese momento también teníamos que concentrarnos en Ciudad Valles donde había un incendio de gran magnitud», recordó.
REVERDECE LA SIERRA
Benavente se muestra contento a un año de la recuperación que ya comienza a verse en el lugar, aunque estimó que esto tardará mucho. La vegetación baja fue la más afectada, pero el incendio ahuyentó a la fauna que formaba parte del ecosistema y apoyaba a todo el sistema natural de la sierra.
«Parte de la fauna ha regresado a su hábitat original, el proceso de la tierra va a tomar tiempo, se va regenerado, hasta ahorita las condiciones en las que se ha dado van bien, no hay ningún problema, será un proceso que tardará años, tal vez cinco o más; la mayor parte de lo que se quemó fue hojarasca, árboles grandes no fueron afectados, pero las (pocas) lluvias que han caído han propiciado la regeneración natural», puntualizó.
PESADA MISIÓN
Otro actor fundamental que participó a lo largo de un mes para sofocar el incendio fue el Cuerpo de Bomberos que a decir de su comandante, Adolfo Benavente Duque, ha sido uno de los trabajos más difíciles a los que se ha enfrentado la corporación.
En esa ocasión ellos estuvieron cara a cara con las llamas y además se ocuparon del difícil traslado de brigadistas que debido a las condiciones de la sierra, llegaban cansados a iniciar labores. El clima y la topografía fue lo que más dificultó su trabajo.
«Definitivamente fue un incendio muy complicado, había muchas pendientes y precipicios. También afectaron las condiciones climatológicas que fueron adversas. Estaba todo muy tranquilo y de un momento a otro soplaba el viento que siempre fue a favor de la propagación del fuego, nunca nos ayudó, eso fue lo que ocasionó que se perdiera parte de la vegetación”, señaló.
Dijo que afortunadamente la vegetación alta casi no fue afectada, “algunos animales se quemaron, algunos otros se movieron, realmente los animales son más listos que los humanos”.
LAS ENSEÑANZAS
A un año de lo sucedido y en lugar de pensar en las afectaciones, el comandante Adolfo Benavente ve el lado positivo, pues el incendio propiciará un mejor desarrollo y crecimiento de la flora que crecerá más fuerte y mejor, y los árboles tendrán más posibilidades de reconvertir el CO2 en oxígeno.
«Ya había mucha hojarasca y yo creo que va a ayudar enormemente en su reforestación, porque la tierra va a poder recuperar mejor la humedad, el pasto va a crecer más fuerte. La parte que se quemó va a servir como abono en las tierras y hará que los árboles que son los generadores de cambio de CO2 al oxígeno tengan más fuerza», adelantó.
Tanto el director de Protección Civil como el comandante de Bomberos coinciden en que este incidente les dejó grandes aprendizajes para poder combatir incendios de gran magnitud y con ello poder capacitarse mejor y contar con el personal necesario, así como una coordinación entre dependencias lista para cualquier emergencia.
Ignacio Benavente dijo que «aprendimos muchas cosas, todo eso que nos enseñó debemos ponerlo en práctica. A partir de noviembre del año pasado empezamos a realizar trabajos preventivos en coordinación con Conafor, para tener brigadistas listos para atacar incendios, hay 60 en todo el estado que pueden ayudar porque fueron capacitados, además tenemos un equipo de reacción inmediata para empezar a trabajar en cuanto se requiera».
El comandante de Bomberos dijo que emergencias como ésta dejan constancia del apoyo que tienen las instituciones de la ciudadanía, así como la unión cuando más se requiere.
«Quedamos gratamente sorprendidos de la respuesta de la población hacia el Cuerpo de Bomberos para apoyarnos en todo lo necesario para combatir el incendio. Eso fue lo más importante que se pudo recargar de este siniestro hacia los servicios de emergencia».
BAJO AMENAZA INMOBILIARIA
Luego de un difícil recorrido por los caminos de la sierra, Quadratín San Luis abandonó el lugar con una grata vista de pequeñas partes verdes que dejan constancia de la recuperación que va teniendo la Sierra de San Miguelito, misma que aún está rodeada de problemas pero de índole humana.
La amenaza ahora es una posible urbanización del lugar y la apertura de la tan necesitada ruta alterna a la carretera 57 hacia la Zona Industrial que la atravesaría.
Empresarios inmobiliarios insisten en convertir grandes espacios de la sierra en áreas habitacionales. Además persiste la lucha entre ejidatarios por estas tierras.
Actualmente hay un estudio para convertirla en Área Natural Protegida, esto luego de una petición formal hecha al presidente de la república Andrés Manuel López Obrador quien podría decidir finalmente el destino de la amplia superficie.
“Fue un trabajo complicado, tuvimos una dimensión muy grande para poder atacar, teníamos también el problema de la movilidad”
Ignacio Benavente / Director de PC Estatal
«Quedamos gratamente sorprendidos de la respuesta de la población hacia el Cuerpo de Bomberos para apoyarnos en todo lo necesario”
Adolfo Benavente / Comandante de Bomberos