Diferencias entre un estúpido y un idiota
Y de pronto se nos acabó la solidaridad. Esa maravillosa cualidad que nos encantaba presumir cada vez que nos comprometíamos con los afectados por terremotos y huracanes. Ese atributo que nos adjudicábamos orgullosamente como nación y que gritábamos a los cuatro vientos que, como sociedad sobrepasábamos incluso las acciones del lento gobierno para salir adelante como un solo pueblo. Ahora resulta que, en esta pandemia, a pesar de que estamos viendo la catástrofe en otros países, cuyos habitantes nos gritaron alertas entre lágrimas por los errores cometidos en su momento por la irresponsabilidad de su pueblo que hizo menos las recomendaciones de los médicos y científicos, estamos ignorando la advertencia de quedarse en casa y mantener una distancia obligatoria. ¿Eso es solidaridad y organización ciudadana México?
Ah, pero los mexicanos somos muy chidos. Nosotros no cometemos errores. Nosotros los mexicanos aplicamos el “Que sea lo que Diosito quiera” cuando claramente lo que Dios más quiere es que te cuides y cuides a los demás, porque uno de sus mandamientos es “no matarás” y el hecho de que tú te arriesgues a contagiarte y propagar el contagio no te hace un hijo obediente de Dios. O la otra frase “De algo me he de morir”, por supuesto que morirás algún día, no eres eterno, pero desde que llegaste al mundo todo lo que has hecho (comer, respirar, trabajar) lo has hecho para sobrevivir. ¿Por qué razón habrías de ir en contra de toda lógica y razón arriesgándote y arriesgando la vida de las otras personas que comprenden tu familia, tu comunidad? (Esto por supuesto no aplica a quienes deben salir por su trabajo, a los que van a comprar sus víveres o medicinas, etcétera).
No existe una sola razón para comportarnos como personas irracionales, ignorantes, subversivos, de mal corazón o irresponsables, negarse a acatar la razonable medida que implica la Jornada de la Sana Distancia es francamente, a ojos de este monero, una traición a la humanidad.
Por ello todos mis respetos a las autoridades encargadas de la coordinación para contener este flagelo, que aún no presenta su peor cara en San Luis Potosí.
Respetemos y seamos razonables, mantengámonos en casa y manejándonos con las recomendaciones higiénicas y sanitarias que los expertos nos indican.
Quédate en casa, ya basta de tonterías.