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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 11 de abril 2020.- Juzgados y criticados por la ciudadanía, los elementos de las corporaciones policiacas salen a la calle para tratar de realizar su trabajo de la mejor manera posible y aun así, en raras ocasiones, son reconocidos por exponer la vida cumpliendo su labor.
Tras una larga búsqueda de poder presenciar un operativo con la Fuerza Metropolitana estatal, la corporación dio las facilidades gracias al secretario de Seguridad Pública, Jaime Pineda Arteaga y al director de la Policía y Fuerza Metropolitana, Arturo Landeros Hernández.
El equipo de Quadratín SLP acompañó a un grupo liderado por el jefe David Valdivia en un recorrido preventivo por colonias de San Luis Potosí capital y Soledad de Graciano Sánchez, que incluyó Santa Fe, Praderas del Maurel, Progreso, Hogares Ferrocarrileros, Ciudad 2000, Ricardo B. Anaya tercera Sección y Los Silos, las cuales tienen índices delictivos altos y constantes.
El mando comentó que los operativos deben modificarse continuamente ya que los delincuentes los observan durante sus labores para saber en qué momento realizar sus ilícitos.
¡YA LLEGARON!
La primera parada fue en la colonia Santa Fe. Durante el trayecto, Valdivia contaba cómo los ciudadanos son los que dificultan su labor al avisar a los propios delincuentes que las autoridades llegaron al lugar y hasta madres de familia de los presuntos delincuentes son quienes los protegen y también los vecinos se hacen partícipes agrediendo a los efectivos, además de subir fotografías y videos a las redes sociales para convertirlos en “villanos”.
Apenas entramos a la mencionada zona y se hizo patente la actitud defensiva de los colonos que mediante silbidos se comunicaban para avisar la presencia de los efectivos. Por su actitud sospechosa, los agentes detuvieron a un joven para verificar el estatus del vehículo que abordaba: una motoneta.
Valdivia dijo que estas revisiones se efectúan para descartar que la unidad cuente con reporte de robo, pero en ese momento se comenzó a juntar gente para cuestionar la revisión, haciendo evidente las trabas que enfrentan los policías para cumplir su labor.
De regreso a la unidad, David Valdivia dijo que en cuestión de detenciones, tampoco las percibe la población, pues mucho se quejan de que la policía libera a los presuntos delincuentes de inmediato.
Aclaró que en realidad son los agentes del Ministerio Público quienes complican las detenciones, pues en muchas ocasiones por ahorrarse tiempo y esfuerzo en trabajar ponen pretextos o se quedan con los argumentos del detenido. Cuando es por drogas se escudan al decir que consumen y no venden; el delito queda en falta administrativa y salen a las 48 horas sin registro del arresto.
REGAÑADO, POR LUCIDO
En Praderas del Maurel, al circular por una calle, Valdivia relataba el modus operandi de los vigilantes del crimen organizado mejor conocidos como “halcones”, cuando de pronto la unidad hizo alto cerca de una camioneta.
La unidad contaba con luces estroboscópicas, mismas que solamente vehículos de la Policías de Investigación pueden utilizar. Además no contaba con placas de circulación por lo que el propio líder del escuadrón descendió para hacer las preguntas correspondientes al dueño y ordenar a los efectivos revisar minuciosamente la camioneta. Todo quedó en una llamada de atención para retirar las luces.
De regreso David Valdivia comentó que el propietario de la camioneta ya había sido detenido por robo a casa habitación, por lo que se mantiene vigilancia sobre él.
Surgió entonces un tema vital en su trabajo: los derechos humanos. Valdivia recordó los años en que éstos no ayudaban al delincuente para librar más fácil el pago del daño. Aceptó, sin embargo que son algo bueno ya que a final de cuentas, los policías también son personas.
En Hogares Ferrocarrileros, Soledad de Graciano Sánchez, se encuentra la Secundaria Técnica 31. Los alumnos sufren de asaltos constantes a manos de pandillas. El líder del operativo relató que creció ahí mismo y sabe de los índices delictivos del lugar, por lo que la tiene cubierta con recorridos constantes de vigilancia y atención.
En la colonia Genovevo Rivas Guillén la sola presencia policial hizo que quienes realizan actividades ilícitas se delataran a sí mismas.
Se realizó una revisión en un domicilio denunciado por ser escenario de conflictos de toda índole.
UNA LUZ DE ESPERANZA
En Ciudad 2000, simplemente se realizaría labor de proximidad social, los efectivos acudirían a negocios a preguntar si se les ofrecía algún servicio o tenían algún problema, pero la sorpresa fue tal que con solo ver las patrullas, integrantes de pandillas que realizan diversas actividades criminales se movían rápidamente y sacaban fotos y video de todos los elementos y vehículos.
Al estacionarse para visitar un comercio dos jóvenes salieron disparados, son tan habilidosos de tanto huir que no pudieron ubicarlos.
Lo bueno fue que un pequeño de apenas cuatro años se emocionó al ver a los policías y les mencionó que su sueño era precisamente algún día ser su compañero.
La proximidad social se dio, pero no de la manera buscada en esta ocasión. Los policías subieron al menor de edad a los vehículos para sacarle una sonrisa y prometerle que lo esperarían algún día en la corporación.
Valdivia reconoció que esos detalles hacen que valga la pena arriesgar la vida e invertirle mucho tiempo a algo que es más que un trabajo.
OLFATO POLICIACO
La experiencia de Valdivia resultó evidente cuando notó algo que a nadie más le llamó la atención: un joven de unos 20 años recargado en un portón aventó un objeto al que nadie le hubiera tomado importancia, pero el mando policial ordenó una inspección a fondo.
El hasta ese momento inocente ciudadano traía consigo llaves de diversos automóviles limadas, objeto que sirve para el robo de vehículos, el delito que va más en aumento en el estado.
El policía debe investigar y dar con las cabezas de la delincuencia. Fue entonces que desde otra patrulla, donde venía un detenido, éste reconoció que se dedicaba a ese delito por apenas unos cientos de pesos que le sirven para comprar droga.
La ciudadanía no coopera ya que el auto que dijo el joven detenido que había robado, no contaba con reporte como tal.
A unos metros del lugar donde se encontró el auto, hay unos edificios abandonados y los cuales son usados por delincuentes y drogadictos para pasar la noche y esconderse.
A simple vista resultaba increíble que alguien pasara la noche en lugares así, con basura, sin puertas y sin ventanas, pero había personas tiradas, perdidas en su «viaje» de drogas.
Afuera, una mujer con una delgadez impresionante y con claros signos de deterioro por el consumo de estupefacientes, veía el trabajo policial mientras se comunicaba con alguien que dijo era su novio.
Uno de los oficiales relató que esa mujer no pasaba de los 28 años de edad —aunque aparentaba más— y que hace tiempo había sido una edecán de primer nivel, cosa que cambió cuando probó el cristal.
En el lugar encontraron a una joven con esta sustancia, la droga que es el principal motivo de tanto robo y delito del fuero común. La única mujer policía en el operativo hizo la revisión y detención.
NI QUIÉN LOS RECIBA
De regreso a la base nos quedó claro que la percepción de muchos ciudadanos es diferente a lo que vive el policía, quien con lo poco que le dan trabaja y aun cuando las personas no confían en ellos, acuden al llamado.
Valdivia aceptó que efectivamente en ocasiones el enemigo está en casa, pero asegura que son contados los policías que se corrompen y se pasan al otro lado de la ley.
Cada mañana los agentes salen a trabajar, a realizar su deber aunque exista desconfianza y los resultados pasen desapercibidos.
En el edifico central de la corporación nos explicaron que lo que restaba era entregar a los detenidos y tomarles datos para canalizarlos al Ministerio Público. No hubo quienes los recibieran algo que, mencionaron, no es raro.
AGANDALLE DE LA FGE
Más tarde llegaron a esta redacción los boletines informativos de la Fiscalía del Estado donde a Policías de Investigación se le atribuía la detención de una joven con posesión de drogas en un operativo realizado por esa corporación, cosa que nunca sucedió, pues ni estaban ellos presentes. Un motivo más por el que el trabajo de la Policía Estatal y la Fuerza Metropolitana no se da a conocer y pasa desapercibido.
“En ocasiones el enemigo está en casa, pero son contados los policías que se corrompen y se pasan al otro lado de la ley”
David Valdivia
Jefe Operativo