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Palabra de Mujer
–¡Le pusieron un cuatro! ¡No se vale! –denuncia el padre de Erik González Carbajal, acusado del presunto robo en el diario La Razón, el pasado 4 de abril. Carmelo González, periodista del estado de Guerrero con 33 años de ejercicio profesional, rompe en llanto al teléfono, al referir los 4 meses de incertidumbre sobre la situación jurídica de su hijo, egresado de Comunicación social de la Universidad, quien quiso probar suerte en la ciudad de México para ayudar a la familia por la diabetes de su progenitor.
–Estoy cansado. ¡Ya no puedo más! Y la voz de colega Carmelo se ahoga con lágrimas de impotencia.
–Me han dejado en la miseria, pagando abogados para que al final una juez le impida tener un debido proceso, -y se conduele porque organizaciones de periodistas no atienden el caso de injusticia sobre su hijo.
–Lo detuvieron porque cumplió una orden de Rubén Cortés, exdirector del diario, de origen cubano, asegura el quebrado periodista guerrerense al ver como hunden a Erik y sus sueños.
–Solo porque es un periodista de provincia lo tratan así —sostiene al tiempo que ruega al gremio den a conocer su caso y lo acompañen este domingo al penal de Santa Martha para visitar a su vástago.
–Mi hijo fue detenido y llevado al baño del periódico para torturarlo salvajemente, con el fin de acusar a una persona de haber organizado el robo, a quien luego liberaron ¿Cómo es posible que fuera entregado cuatro horas después de su detención a la agencia del Ministerio Público? –reseña el mortificado padre y ruega el acompañamiento de los colegas para que nunca más alguien viva esa experiencia.
En la llamada que desgarra el alma, me expresa que ha tocado puertas sin respuestas. “Ni directivos del diario, ni jueces, ni defensores de periodistas, ni autoridades. No tiene recursos para gestionar ante otras instancias.
Una juez capitalina negó la libertad condicional a Erik Manuel bajo el argumento de que podría evadir la justicia ya que “es originario de la ciudad de Chilpancingo”, pese a la evidencia de la violación de derechos Humanos del joven periodista, además de inconsistencias, como su derecho a la presunción de inocencia y a un debido proceso. Es decir, lo tratan como un caso más de “presunto culpable” y en la tendencia de criminalizar a los periodistas.
En la audiencia Erik declaró que el martes 3 de abril llegó a las oficinas de La Razón alrededor de las 20:00 horas para cumplir con sus labores habituales y cerca de las 2:30 de la mañana horas recibió una llamada de una persona que se identificó como Rubén Cortés Fernández, entonces director editorial del periódico y quien dijo necesitar dinero y la póliza de seguro de su coche alegando que había sufrido un accidente automovilístico. El supuesto Rubén Cortés pidió ayuda al guerrerense quien entonces era la única persona dentro de las instalaciones del periódico, incluso dijo que lo amenazó con despedirlo de no seguir sus indicaciones precisas sobre llaves y objetos que solamente alguien con conocimiento total de la oficina podría conocer.
-“Ve a mi oficina y en el segundo cajón del mueble que está al lado de la maceta encontrarás una llave con la que abrirás la oficina del director financiero, ve hasta ahí y saca la caja fuerte, llévala al sótano y espera a una persona de mi confianza quien la traerá hasta dote me encuentro para que yo pueda sacar la póliza del seguro.”
Luego de entregar la caja de seguridad, el supuesto director editorial del periódico pidió abrir una segunda caja fuerte empotrada en la pared de la oficina del director financiero. Sin malicia el joven periodista pidió ayuda a la encargada del turno de la mañana quien ya se encontraba laborando y con quien pudo contactar a un par de cerrajeros quienes llegaron al lugar y comenzaron a trabajar para lograr abrir la caja. Entrada la mañana decenas de policías ingresaron a la oficina e inmediatamente detuvieron a Erik González, a la periodista encargada del turno de la mañana y a los cerrajeros.
Una oficial que portaba una placa que colgaba de cuello llegó a la oficina donde Erik estaba siendo interrogado, se acercó a él, le dio un rodillazo en los testículos y le dijo: “Ahora sí ya te cargó la verga, pinche putito”, con las mismas prácticas que están evidenciando en los medios del comportamiento de policías del DF. “Lo empujó contra la pared y lo entregó a dos oficiales quienes lo trasladaron al baño. Dentro del baño eran torturados los cerrajeros. Erik fue puesto de rodillas y golpeado por todos los policías que entraban, posteriormente le dieron descargas eléctricas y obligado a decir el nombre de dos calles y la frase “Es él”.
Luego de llevarlo a una casa para identificar a quien querían los policías, entraron por la fuerza, golpearon a miembros de esa familia y sacaron con violencia a un chófer de Uber, que presentaron como culpable de haberse llevado la caja fuerte, mismo que fue excarcelado por falta de pruebas.
González Carbajal fue recluido en el Ministerio Público y es el único detenido en lo que se configuró como delito de robo agravado en pandilla, pero no la había.
Durante este periodo, el diario La Razón de México no fijó ninguna postura respecto al caso, ni mucho menos algún directivo dio la cara denuncian familiares del detenido, quienes han acudido al edificio donde se encuentran las oficinas del periódico y se les ha negado el acceso.
Casi tres meses después del presunto robo Rubén Cortés anunció su renuncia luego de 4 años encabezando el diario, el argumento fue “por mutuo acuerdo y por así convenir a sus intereses”.
–Que enfrente su error por seguir las indicaciones de su jefe pero, con un debido proceso, bajo fianza, –clama el padre del periodista, presunto culpable de un crimen que no cometió. Usted Opine.