Preparativos para una amenaza llamada Trump
Por el coronavirus 19 se planteó disyuntiva engañosa: ¿Pandemia o emergencia económica? “Dilema”, según diccionario: “alternativa en la que hay que escoger, sin que sea satisfactoria la opción. La alternativa comprende más de dos casos”. La pandemia llevó a ciertos políticos (Trump, López Obrador) y empresarios (Salinas Pliego) a manifestarse por cuidar empleos (economía), más que vidas humanas (salud), y cuestionaron aislamiento de población por frenón económico. Líderes responsables se conducen cuidando tanto salud y vidas (fin primordial), como trabajo e ingreso para sobrevivir al aislamiento (medios necesarios); no ven excluyentes propuestas, sí complementarias y complejas. Trump, forzado, reconsideró. AMLO no.
Un dirigente eficaz sabe conjugar tres verbos y practicar tres virtudes: 1º VER la realidad tal como es, ocupando VERDADES científicas, matemáticas, económicas, filosóficas y valores de la persona humana y de historia de la humanidad. Practicará virtud de la VERACIDAD: VERdadero estado de la situación, independiente de intereses o simpatías. 2º JUZGAR, operación de la inteligencia por la cual afirmamos que algo es o no es, o que vale o no vale. Procurará la JUSTICIA: valoración exacta de la situación, para dar a todos lo suyo: respeto a la dignidad de todo ser humano, justa redistribución del bien común (conforme a sus necesidades); y lo suyo a la sociedad: su fin o bien común (de cada quien según sus posibilidades). 3º ACTUAR, decidir impactar realidad para generar bienes públicos (hospitales, medicinas, empleos) o evitar mal común (enfermedades, desempleo, muerte). Ejercitará aquí la PRUDENCIA: determinación de lo posible o lo obligatorio en las circunstancias de tiempo y lugar. Tres fases, un mismo proceso. (Juan XXIII, “Mater et Magistra”).
¿Es posible conjuntar atención al virus con cuidados a economía? Sí, realidad constatada. Virus brotó en China en diciembre del 2019. En México apareció primer caso el 27 de febrero; tiempo hubo para tomar decisiones vitales: 1) restricciones en fronteras y aeropuertos -mayoría lo hizo, algunos tarde; México no-. 2) practicar pruebas a pasajeros provenientes de epicentros: Asia, y Europa, primero; de EU después. 3) aplicar pruebas aleatorias generalizadas, y a casos sospechosos y sus múltiples contactos, para: encontrar afectados en el momento más temprano de la infección, evitar el mayor número de contagios, aislar casos, evitar muertes prevenibles y saturación hospitalaria. Aquí se aplican solo a algunos mayores de 60 años (¡68% de confirmados en México tienen menos de 50 años!), y no a quienes presentan síntomas y lo solicitan; hay denuncias de médicos por manipulación (disfrazan de neumonía o influenza, ocultan cifras). Se aplican 3 pruebas por cada 100 mil habitantes (Colombia 13, EUA 24, Corea del Sur 680). 4) aislamiento físico para frenar contagio. Científicos denunciaron ya pobre capacidad de planeación y liderazgo, así como carencias de insumos (AMLO dejó de gastar 92% del presupuesto de salud el 2019; arranque fatal del INSABI; requerimos 50 mil ventiladores (respiradores), solo tenemos 5 mil) y concluyen: Hubo resistencia a reconocer gravedad: ¡Hasta este lunes 30, decreto de emergencia-contingencia, engañoso e insuficiente! Perdimos tiempo valioso, ha faltado coordinación y claridad y consistencia en mensajes (presidente desacata indicaciones, paranoico), ha sobrado arrogancia ideológica. AMLO sigue atrapado en dilema suicida.
Problemas de salud, economía y política están entreverados; propuestas de solución también. ¿Qué hacer para quienes viven al día? Líderes de países lanzan estrategia global para salvar economías locales, aplicando agresivos estímulos fiscales (Chile del 4.7% del PIB, Colombia de 1.3%). Aquí dice AMLO no habrá. Se busca liquidez para trabajadores independientes, estudiantes y pequeñas y medianas empresas a través de préstamos bancarios financiados por Banco Central (propuesta Carstens). Urge plan de reactivación para mitigar desempleo; subsidios a sectores mayormente afectados. ¿Cómo? Redireccionando a prioridades recursos de caprichos presidenciales inviables (refinería, tren maya, aeropuerto), y con deuda pública, bien utilizada. Entre tanto, reconozcámonos vulnerables: a frenar cada uno cadenas de contagio, y seamos solidarios y subsidiarios con más afectados en entorno. Sobrevivamos juntos.