“Ayuntamiento de Ciudad del Maíz no tiene la capacidad”: Mireya Vancini
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 29 de marzo de 2020.- Por el año de 1870, el tránsito y el comercio que años antes era intenso desde Tampico hacia Ciudad Valles, San Luis Potosí, había decaído por completo, desde que se abrió el ferrocarril de Veracruz a México, que le daba preminencia a la entidad costera pero afectaba al vecino puerto y aún más a la ciudad huasteca, que para entonces contaba con unos 400 habitantes; esa vía férrea sería inaugurada formalmente en 1873.
DÍAZ Y DÍEZ: LOS ARTÍFICES
No obstante el juicio de algunos historiadores hacia la gestión de Porfirio Díaz en el gobierno de la República Restaurada, no se puede negar que su paso dio como resultado una modernización en materia de comunicaciones, de la cual nuestra región y el Valles de aquellos años no quedó exento; máxime considerando el compadrazgo que tenía con el gobernador del estado, Carlos Díez Gutiérrez.
Ya el 29 de noviembre de 1877 el Congreso local autorizaba al Ejecutivo por medio del decreto número 40, para que obtuviese del Gobierno Federal la concesión de una vía entre Tampico y la capital del estado. Y el 5 de mayo de 1878 se pusieron en marcha los trabajos de construcción, con lo que se esperaba brindar un enlace rápido y directo de Ciudad Valles con el Golfo de México y con San Luis Potosí.
Se estableció entonces un aserradero para madera y elaboración de durmientes, en terrenos de Tamtoc -cerca del municipio de Tamuín- hecho que además de dar trabajo a cientos de huastecos de aquella comarca, vislumbraba en el horizonte una época de progreso que dejaría atrás los arreos de las mulas, burros y caballos, únicos medios de transporte y carga por los caminos reales llenos de polvo de aquellos tiempos.
TRABAJOS INTENSOS
Las labores se intensificaron durante 1881, y en julio de 1883 las lluvias de temporada no impedían la activación de las labores desde Tampico hacia San Luis, con el objetivo inmediato de llegar a la sierra entre Tamuín y Valles. Ya para el mes de agosto se concluían 114 kilómetros a partir del vecino puerto, empleándose dos mil hombres en su construcción; la locomotora podía arribar a estación Las Palmas (Tamuín) y se perforaba sobre la boca de la sierra de El Abra.
En septiembre de 1883 se hizo una inspección por los contratistas McCarthy and Honan, que tenían a su cargo del kilómetro 101 al 142; el señor Gresham, del 143 al 163; y el general Olvera y compañía, del km 163 al 201. En 1884, se trabajó en la apertura del túnel de El Abra y para el 20 de diciembre de ese mismo año, la vía quedaba herrada desde Tampico hasta estación Valles, avances que pudo constatar el gobernador Carlos Díez Gutiérrez, en una visita de supervisión.
El 1 de junio de 1887, se anunciaba que proseguirían la obra de San Luis a Tampico, en el tramo Tambaca-Cárdenas, y para el 2 de julio, había construidos 166 kilómetros. Además de los tres campamentos que existían, se había establecido otro, entre Micos y Crucitas, ocupado por un contratista de apellido Hill; se esperaba que en un mes, el número de trabajadores ascendiera a tres mil, y en ocho meses más, estaría terminada la vía hasta Cárdenas.
1890: EL GRAN AÑO
En el sector oriente, el 25 de enero de 1888 ya había herrados 172 kilómetros a partir de Tampico. De esta manera, enfrentando los diferentes obstáculos que representaba una obra de esa naturaleza, los planes se cumplieron conforme a lo establecido, y el 30 de marzo de 1890 se tendió el último riel y se puso el último clavo; en el primer tren que pasó ese día iba mister Whorf, superintendente de la división de Tampico desde ocho años atrás (1882).
Se anunció que a partir del 1 de mayo habría dos trenes funcionando por semana: Saldría de la ciudad de San Luis Potosí a la medianoche y llegaría a Tampico a las 5 de la tarde; es decir, un largo recorrido de 17 horas por la planicie de la zona media y por la serranía de la Huasteca Potosina. De regreso, partiría del puerto de Tampico en la mañana, para arribar a la capital potosina casi al finalizar el día.
La inauguración oficial fue el 17 de abril de 1890, con la asistencia del secretario de Fomento, Carlos Pacheco; el secretario de Guerra, Pedro Hinojosa; y otras personalidades; quienes salieron en un ferrocarril tirado por la locomotora 128, incluyendo cuatro carros para los equipajes, servidumbre y comitiva (ésta última viajaba en un vagón Pullman).
El 25 de enero de 1898 –luego de varios días de cacería en el sur de Tamaulipas- el presidente de la República, Porfirio Díaz, viajó desde Tampico a San Luis Potosí, pasando alrededor de las 11 de la mañana por esta ciudad.
PLANES Y REALIDADES
Por el año de 1895 se hablaba de un proyecto de hacer un ramal de ferrocarril partiendo de Valles, atravesando el sur de la Huasteca Potosina, la sierra de Hidalgo, para unirse con la vía central. En noviembre de 1903, el Gobierno Federal otorgó una concesión al general Julio M. Cervantes para construir un ferrocarril, que partiendo de la Estación San Mateo (Valles), terminaría en Xilitla, y tendría un ramal a Tamazunchale; en octubre de 1911 se habló de nuevo de un proyecto similar.
Lo que sí resultó una realidad fue el trazo de la carretera desde el centro de Valles hacia la estación del tren, realizado por el ingeniero Francisco Gándara en enero de 1900; años antes solamente existía un camino provisional con una anchura de 15 metros. El 16 de septiembre de 1905 se inauguró el tramo del tranvía en esa ruta; los principales accionistas eran don Ángel Sáinz Trápaga y don Romualdo del Campo, quienes así movilizaban sus mercancías.
En las dos primeras décadas del siglo XX –debido al auge petrolero en Tampico- había ya dos trenes diarios de pasajeros, que partían de ese puerto a San Luis Potosí en distintos horarios con sus respectivas escalas. Como no existían las carreteras, sobraba pasaje para ambas salidas; y aún al paso de los años –con todo y las rutas asfaltadas- se mantuvo el par de corridas diarias.
ADIÓS AL FERROCARRIL
Durante 75 años, para ser exactos desde 1890 hasta 1965, el ferrocarril representó el único medio de enlace de Ciudad Valles con importantes poblaciones ubicadas hacia el oriente y rumbo al poniente, porque hasta ese entonces carecía de la ruta federal a San Luis Potosí y a Tampico. La gente lo utilizaba para su traslado, primero por necesidad y después del trazo de las carreteras, por económico.
A 107 años de aquella época llena de euforia por el panorama de progreso que se vislumbró en la zona con el tendido de las vías y el paso del tren, la historia cambió en 1997, porque –durante la presidencia de Ernesto Zedillo- la empresa Transportación Ferroviaria Mexicana (TFM), que adquirió el ferrocarril al ser privatizado por el Gobierno Federal, tomó decisiones que dejaron de lado toda una tradición.
A partir del mes de agosto de ese año, la compañía canceló el transporte de personas y desde entonces utilizó los vagones solamente para el traslado de mercancía diversa. La ruta siguió siendo de Tampico a San Luis y se establecieron nueve corridas diarias en promedio al vecino puerto, y siete hacia la capital del estado.