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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 15 de marzo de 2020.- La Huasteca Potosina es rica en presencia de mariposas, de diversos colores, estilos y tamaños, tanto las endémicas como las que solo transitan por aquí en temporadas; algunas son tan bellas, que hay mexicanos viajando hasta Centroamérica para observarlas, como la morfo azul (Morpho helenor), mientras que en la región la tenemos al alcance de la vista en algunos municipios.
Otras son la mariposa espejito (Greta morgane), o la famosa mariposa 88, abundante en las selvas húmedas de nuestra región –como Aquismón y Xilitla o en la Reserva de la Biosfera Tanchipa- y la lista sigue con la Fátima anartia, cebra, mariposa reina, y mariposa de motas blancas, entre otras. Los turistas y especialmente los fotógrafos las prefieren para capturar su belleza, y pintores como Héctor Domínguez las han inmortalizado en sus obras.
SU IMPORTANCIA BIOLÓGICA
Según el estudiante investigador de Turismo y Educación Ambiental, Marco Antonio Cervantes Moreno, las mariposas son los segundos polinizadores más importantes del planeta, después de las abejas; bioindicadores de ecosistemas; fortalecen las cadenas tróficas; e incluso son importantes también para la industria gastronómica, el turismo, y como un ejemplo de educación y filosofía de vida.
Es decir, ayudan al nacimiento y expansión de flores, hortalizas y árboles frutales; sirven de alimento a otros animales (entre ellos varios tipos de reptiles), de manera que si faltan, habría un desequilibrio ambiental. La mariposa es tan elemental –añade el especialista- que hasta se utiliza para relacionarla en aspectos de reflexión humana, al destacar su metamorfosis que lleva a una posterior belleza admirable.
SE ENCUENTRAN EN RIESGO
Sin embargo, el prolongado estiaje, la deforestación en los campos de la zona, y contaminación provocada por incendios, afectan a su medio ambiente, y con ello, siembran el riesgo de su desaparición, la cual traería consecuencias catastróficas por lo que las mariposas representan en el ecosistema. Lo más grave, es que para la gente la presencia de tales insectos puede resultarles demasiado común, y su desaparición podría tomarse como un hecho sin importancia.
En Ciudad Valles se cuenta con un registro superior a 60 tipos de mariposas, pero solamente algunas se han podido adaptar al deterioro y a la amenaza urbana; la mayoría muere ante tales situaciones, con la consiguiente afectación al medio ambiente.
“En la zona tének, por ejemplo, cultivan el maracuyá, es su planta hospedera (donde las mariposas depositan el huevo), y lo que hacía la gente era cortar la planta desde raíz y las orugas morían; afortunadamente pudimos enseñarles que esas orugas no son venenosas. Sin embargo, las quemas son malas para ellas porque sueltan gases y aire contaminado, entonces vamos a encontrar muchas de ellas muertas, pues necesitan aire puro para seguir viviendo”, advirtió.