Preparativos para una amenaza llamada Trump
A todas las mujeres que hoy lograron ejercer se derecho de elección de hacer o no hacer paro del 9 de marzo y fueron participes del movimiento. A todos los hombres que también apoyan el movimiento… a continuación el primero de una serie de 5 artículos que no buscan juzgar a nadie, sólo poner sobre la mesa algunas ideas y algunas historias. Hoy escribo el primero, (el más sencillo pero sentido) tratando de ser lo más objetiva posible.
Empezaré por decir que yo si fui hoy a trabajar, no porque no me hubieran dado la opción de no hacerlo, ni mucho menos porque no apoyara el movimiento o la causa, sino por una decisión propia, dado el impacto del trabajo que se tenía programado el día de hoy (posiblemente si mis actividades hubieran sido otras hubiera optado por hacer paro). Actualmente, una de las agencias de las Naciones Unidas en México, trabaja directamente con agentes policiales para sensibilizarlos en cuanto al tratamiento que se debe dar a las víctimas de violencia de género y así evitar su re victimización y garantizar el ejercicio a su derecho a la justica (del cual escribiré en la segunda entrega). En este sentido, después de un largo proceso, hoy se dio inicio a una serie de evaluaciones de impacto y resultado a este proyecto. El cual me parece fundamental sea evaluado por una mujer (en este caso quien escribe este artículo). En un día bastante simbólico en México, como consultora e investigadora académica, me pareció de gran valor y oportunidad única, poder documentar este 9 de marzo y por lo tanto inconcebible quedarme en mi casa y hacer paro.
Así como yo decidí no quedarme en mi casa, porque me parecía que impactaba mayormente al movimiento documentando las emociones de un grupo de policías encargados de atender a las víctimas de violencia de genero. Muchas otras mujeres menos afortunadas que yo tuvieron que ir a trabajar porque no pueden darse el lujo de perder un día de trabajo, y otras tantas fueron a trabajar porque son doctoras y no pueden olvidarse de sus pacientes y otras les dieron la “orden de no ir a trabajar” porque esa es la imagen que a las empresas les convenía “invalidando por completo el movimiento y su derecho a elegir hacer o no paro de actividades” por lo cual reaccionaron yendo a trabajar. Y también están, aquellas que tuvieron que luchar internamente en sus centros de trabajo porque no las querían dejar hacer paro y les dijeron que les tomarían el día a cuenta de vacaciones o que podrían hacer “home-office” y se organizaron para no ir y hacer notoria la ausencia. Todo esto para decir que lo importante del paro está en que cada una de las mujeres haya tenido la libertad de decidir qué postura tomar y sentirse cómoda, segura y no juzgada por nadie (hombres ni mujeres). Cada quien actuó de acuerdo a sus circunstancias y es un error pensar que todas comparten las mismas realidades en un país lleno de desigualdades como México, porque aquí es un lujo poder no ir a trabajar.
A todas ellas que les costó significativamente quedarse en su casa, a todas las que organizaron el paro y tuvieron un gran poder de convocatoria, a las que fueron a trabajar y vistieron color morado, a las que marcharon ayer, a las que visibilizan la violencia contra la mujer, a las que trabajaron porque creen que ha habido grandes luchas para obtener esos espacios laborales, a las que salieron hoy porque creen en la apropiación de los espacios públicos, a las que salieron y hoy y les dio miedo salir a todas gracias. Salir a la calle hoy fue diferente, se notó la ausencia, se notó que algo está pasando en México, se notó el poder de organización y esta sensación de ausencia me obliga a decir que el secreto está en hacernos visibles, en no ser indiferentes a la causa, pero sobre todo en respetarnos entre nosotras y no juzgarnos.
Flor de María Castillo Román
MA. PS / IR International Security Concentration
Graduate Institute of International and Development Studies